Es la gran referente de la comunicación meteorológica en Argentina y las últimas estimaciones del clima las dio en la TV Pública en 2018 cuando la desvincularon del informativo en medio de una polémica. “No me echaron. Me jubilaron por la edad, pero me avisaron veinte días antes”, contó en ese entonces Nadia Zyncenko al hacer referencia a la despedida amarga que tuvo del canal estatal después de 25 años de servicio ininterrumpido.
Una persona se puede jubilar del trabajo, pero nunca de su profesión. Y así fue que se sumó desde este lunes y por dos semanas a “Telefé Noticias” para reemplazar a Daniel Roggiano que está de vacaciones con un regreso a la televisión que tiene sabor a revancha. En un cerrado aplauso que se dio luego de ser presentada por Rodolfo Barili y Cristina Pérez, visiblemente emocionada, la pronosticadora dio las temperaturas mínimas y máximas de cara a este martes.
Nacida en Italia, pero con raíces ucranianas que le dieron su tan característico acento tiene una historia muy especial: su papa fue prisionero de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial y su mamá se refugió en Italia. La llegada de la familia a estas latitudes del extremo sur del planeta se produjo en 1948, aunque lo hicieron por separado. Primero llegaron madre e hija y después hizo lo propio el hombre de la casa para comenzar una vida en Villa Diamante, partido de Lanús.
“Me pusieron Nadia en honor a un gran amor que tuvo mi papá y que no pudo ser por la guerra. Él le contó de ese dolor a mi mamá y, cuando nací, ella decidió llamarme con el nombre de aquella mujer para que el recuerdo de ese amor imposible nunca se borrara. La historia de mis padres es de amor verdadero. Como el mío por mi profesión”, le contó a Infobae hace un tiempo.
Nadia soñaba con dedicarse a otra cosa
Si bien se transformó en una referente de la meterología a nivel nacional, hay que destacar que siempre quiso ser contadora. Yo no tenía la menor idea de lo que era la meteorología. “Pero me dejé guiar por lo que me dijo mi hermano y puse en práctica un consejo que me dio mi papá”, contó.
“Él me había dicho: “No importa lo que hagas, hacelo bien”. Y eso fue lo que hice: estudié, me recibí y entré a trabajar al Servicio Meteorológico Nacional. No me enamoré perdidamente de la meteorología. No. Y para hacerlo bien, como decía mi padre, necesité ayuda. Hubo mucha gente que me dio una mano porque me costaba mucho. Había que dibujar mapas. ¡Ay, cómo me costaba dibujar!”, detalló.
