La constancia es la clave para que cualquier rutina de belleza funcione, y la exfoliación no es la excepción. Este procedimiento, que podemos realizar sencillamente en casa, renueva nuestra piel al instante y hace que luzca divina en cuestión de minutos. Te contamos algunas claves para que puedas lucir la piel de tu cuerpo.
1- Para qué sirve
La exfoliación corporal sirve para eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel, favorecer el proceso de renovación celular, activar la microcirculación y el drenaje y, en definitiva, tener una piel más bonita, más luminosa, más homogénea y más suave. Además, también ayuda a que los tratamientos que se aplican después penetren mejor. Esto es algo fundamental, por ejemplo, si estamos usando anticelulíticos y queremos potenciar sus resultados.
2- Paso a paso
El mercado está lleno de productos para este fin: geles y cremas con micropartículas que se aplican sobre la piel húmeda -preferiblemente en la ducha- que se aplican mediante masajes suaves para que la exfoliación sea eficaz.
Es necesario que te tomes tu tiempo y no lo hagas a las apuradas, para que el masaje con el producto sea efectivo pero a la vez, delicado, realizando movimientos circulares y ascendentes.
Empezá por los pies, seguí por cada pierna, luego los brazos y el abdomen, con movimientos en el sentido de las agujas del reloj, los glúteos, la espalda, el pecho y el escote (cuidado con estas zonas, porque la piel es más fina, es mejor que el masaje sea muy suave).
Luego, enjuagá con agua tibia e, idealmente, hacer un enjuague final con agua más fría. Por supuesto, después, hay que hidratar la piel y aprovechar para usar cremas anticelulíticas o reafirmantes.
3- Frecuencia
Con hacerla una vez a la semana está bien al principio. Lo ideal es hacerla todo el año, pero ahora cuando empieza a mejorar el tiempo, y vemos más cerca el momento de quitarnos las medias y empezar a lucir las piernas y los brazos, es un buen momento para empezar con esta rutina.
Precauciones
Este procedimiento no es aconsejable si solés tener brotes de dermatitis o si tu piel es muy sensible y reactiva. Tampoco se debe realizar en caso de quemaduras solares o heridas en la piel.