Cuidar de nuestra piel no solo requiere de tener una buena rutina de skincare, sino de resguardarla de otros factores que puedan llegar a acelerar el envejecimiento.
Existen varios hábitos cotidianos que, sorprendentemente, pueden acrecentar el envejecimiento de la piel: te contamos cuáles son.
1- Las arrugas del mal dormir
Todos tenemos un lado preferido para dormir, pero parece que no es bueno para la piel, ya que se marcan siempre las mismas partes de la piel, generando lo que se conoce como "arrugas de sueño".
Son verticales y progresivamente se van haciendo cada vez más profundas. Aparecen sobre todo en el lado del que se duerme, a lo largo de la cara, en el cuello y en el escote. Dormir boca abajo es otra costumbre a desterrar si queremos evitarlas.
Las arrugas del sueño pueden irrumpir a cualquier edad, pero básicamente a partir de aquella en la que el colágeno y la elastina disminuyen, en torno a los 40.
2- No usar protección solar todo el año
Si bien insistimos con este punto en verano, lo cierto es que los expertos recomiendan usar el protector solar todo el año. Y, sobre todo, si te exponés al sol, aunque sea incluso solo para breves momentos del día.
Esto es debido a que los rayos UV que te llegan mientras caminás por la calle o salís a pasear, son los mismos que recibís en la playa.
3- Respirar con la boca abierta
Otro de los hábitos que realizamos sin darnos cuenta es respirar con la boca abierta mientras dormimos y además de ser malo para nuestra salud, también para nuestro rostro porque descuelga la mandíbula, produce signos de flacidez en el rostro y fomenta la papada y la aparición de arrugas nasolabiales.
Es aconsejable consultar con un especialista, más que por una cuestión estética, por tu salud.
4- No incorporar una rutina de limpieza facial
Limpiar el rostro es básico, en especial por la noche. Irse a dormir con el sudor, la polución o el maquillaje obstruyendo la piel puede convertirse en una costumbre que también acelera el envejecimiento.
Aprovechar la noche para higienizarla y ponerle algún activo es aprovechar al máximo el momento en el que se renuevan las células de nuestra piel.