Manejar la vida depende de cada uno y de las decisiones que se tomen. Constantemente se está decidiendo qué hacer y qué no. En muchas oportunidades, el saber qué va a pasar y conocer el resultado de nuestras decisiones conlleva a un gran estrés que repercute en nuestra salud. El mundo vive a gran velocidad y las personas no son ajenas a eso pero hay que manejar las situaciones de la mejor manera posible para no colapsar y terminar muy mal.
¿De qué manera podemos controlar estas sensaciones y cuidar nuestra salud mental?
1- Aprender a gestionar las cargas mentales
Sobrecargar nuestra mente puede resultar muy desgastante y perjudicial. Hay que administrar cada momento y procesarlo de la mejor manera posible.
2- Una cosa a la vez
En la era de la hiperproductividad, querer tenerlo todo bajo control y asumir la multitarea como algo normal también nos impide el equilibrio emocional: es mejor ir de apoco y tomarse el tiempo necesario para cada cosa.
3- Cuidado con la sobreinformación
El uso de las pantallas nos demanda mucho tiempo de nuestros días, eso provoca que tengamos un gran cúmulo de información, muchas veces innecesaria. Es importante limitar nuestro acceso a los dispositivos e intentar conectar más con nuestro alrededor y presente. No ir más allá de lo que podemos abarcar.
4- Menos actividades durante el día
Pensar más en nosotros mismos, dedicarle tiempo saludable a nuestra vida. Cuidarnos.
5- Reciclaje de pensamientos negativos
Las claves para lograrlo:
- Identificar y separar los hechos que nos generan preocupación, pensamientos negativos y emociones desagradables.
- Valorar si los hechos ya diferenciados previamente son importantes a nivel vital y cuáles son racionalmente insignificantes. Teniendo siempre como referencia lo importante, lo esencial, en términos de necesidades básicas.
- Medir la intensidad de las emociones que estamos sintiendo en cada una de las situaciones y valorar si son adecuadas. Es habitual sentir de forma desmesurada por cuestiones que no tiene demasiada importancia.
- Relativizar, valorar desde una mirada apreciativa, disminuir la intensidad emocional y desechar lo que no nos construye en positivo, lo que nuestra en nuestras manos. Delegar en los otros las responsabilidades y preocupaciones que les pertenecen.
6- Evitar las valoraciones negativas de la realidad
Es interesante saber que en muchas ocasiones, la mayoría de las valoraciones que hacemos de las cosas que nos suceden no se corresponden con la realidad. Construir un drama de algo puede resultar tan sencillo como construir un momento feliz. Es cuestión de proponérselo.
7- No anticiparse en el tiempo
Preocuparse por lo que va a venir y no ocuparse de lo que pasa hoy en un error muy grande que lleva a un estrés que muchas veces se sale de control. Hay que ir de a poco y dejar que e tiempo haga lo suyo cuando tenga que hacerlo.
8- El minimalismo material ayuda
Para pensar de una forma más sana y dejar de llenar nuestro día a día de pensamientos negativos e innecesarios, el minimalismo material también ayuda. Tener pocas cosas que nos hagan felices y también pensar en tener al menos un par de horas al día para nosotros, sin hacer absolutamente nada.
9- Disfrutar de los pequeños placeres del día a día
En ocasiones ansiamos el fin de semana o las vacaciones sin disfrutar de esos pequeños placeres del día a día que nos pueden aportar bienestar y felicidad. Se trata de tener consciencia plena de todos esos momentos.
Extra tip: valorar la calidad de las relaciones sociales
Somos animales sociales y precisamente por eso necesitamos establecer relaciones sanas con las personas que nos rodean. Por eso es importante poder expresar con el otro y también saber escucharlo.