Un 5 de marzo de 1988 la ciudad de Mar del Plata se transformaba en el epicentro de la tragedia. "Agarrame la pierna… Agarrame la pierna… —Ay, no puedo, papi. —Sí que podés, agarrame la pierna", es el diálogo que alrededor de las 8 de la mañana sobresaltó a una adolescente que estaba en su departamento del 12A del edificio Maral 39. Ella reconoció la voz de Alberto Olmedo, pero pensó que estaba por lanzar a su hija al vacío. Es por eso que le fue a dar aviso a sus padres y, cuando se asomaron, el cuerpo sin vida del humorista estaba en el piso.
“Murió en el mejor momento de su vida, con la mina que quería y tomando champagne. Y no babeado en una cama hecho mierda”, fueron las palabras que lanzó Nancy Herrera, la mujer del artista, unas horas después de la tragedia. Ella era la que luchó, hasta último momento, por sostenerlo para que no caiga… pero lamentablemente no tuvo la suficiente fuerza.
Olmedo dejó el mundo un rato después de conocer la noticia que le podría cambiar la vida: iba a ser padre. La noche del 4 de marzo su mujer lo esperó después de una cena que él tuvo con amigos con la frase “te amo” escrita con labial en un espejo. Era la bienvenida que marcaba que algo lindo iba a pasar.
Es que no solamente le iba a contar que estaba embarazada sino que este encuentro iba a servir como reconciliación. Fueron unas pocas horas en las que la felicidad invadió nuevamente a la pareja. entre risas, abrazos y un brindis con bastante alcohol celebraron las buenas nuevas.
En medio del jolgorio, Olmedo se acercó al balcón con vista al mar en un comienzo de jornada que lucía nublado. en un momento cruzó uno de sus pies sobre la baranda que estaba mojada por el rocío y se sienta en el borde con el torso desnudo y las piernas hacia afuera. Fue justo unos minutos después que la adolescente comenzó a escuchar los gritos: el humorista perdió el equilibrio y estaba a punto de precipitarse al vacío. “Me caigo, me caigo”, exclamaba.
La noticia generó un impacto nacional sin precedentes. De hecho, teniendo en cuenta que aún estaban apostados los medios haciendo la cobertura periodística de la temporada, algunos hasta llegaron a tomar fotos del cuerpo sin vida. A los pocos meses nació Albertito, el único de sus seis hijos que no lo pudo conocer.
La otra tragedia que golpeó a los Olmedo
Pero cuando la familia comenzaba a reponerse de este mal trago, una nueva tragedia los golpeó: Fernando, el hijo mayor del humorista, murió en junio del 2000 en el accidente que también terminó con la vida de Rodrigo Bueno en la Autopista Buenos Aires – La Plata. Y acá otro hecho “casual” se presenta ya que ninguno de los dos se conocía: se cruzaron esa misma noche de casualidad en un restaurante y El Potro lo invitó a presenciar un show.
Es asi que pasados ya casi 22 años del hecho, desde el entorno familiar el reclamo sigue vidente: "Quise saber absolutamente todo lo que pasó esa noche porque perdí a mi hermano por culpa de Rodrigo. Me resultaba simpático hasta que su impericia y su falta de respeto mataron a Fernando", afirmó tajante Javier Olmedo.
El hombre también culpa a Alfredo Pasquera, el empresario que estaba al mando del volante del otro auto involucrado en el siniestro. "Si alguien le hubiese puesto un torniquete en la pierna que se le cortó, estaría vivo. Hubo falta de eficacia de los servicios de emergencia", lamentó.
