La de Susana Giménez y Ricardo Darín fue una de las parejas más comentadas de la farándula argentina. Pero, a su vez, resultó ser una de las más curiosas: no por los trece años que se llevaban de diferencia, sino por cómo derivó su romance de nueve años en una profunda amistad que se mantiene hasta la actualidad. "El amor que nos unió desde el primer día fue como de otra vida, somos almas gemelas, nos queremos más allá de todo, por eso no terminó cuando decidimos dejar de ser una pareja", aseguró la conductora.
En 1972, los actores se conocieron en la película "He nacido en la ribera". Él solo tenía 15 años, pero quedó deslumbrado por la diva, según confesó tiempo después. Fue en 1978, cuando Susana ya había brillado en “La Mary” y Ricardo empezaba a ser popular en la televisión, que comenzaron su noviazgo. "Tuvimos mucha conexión, mucha química. Éramos príncipe y mendigo, todo junto", describió Darín su relación en una entrevista radial.
En 1986, un año antes de separarse, se estrenó la icónica "Sugar", obra que protagonizaron junto a Arturo Puig. "Yo una noche en medio del escenario le dije que seamos pareja. Le propuse amor, los hijos y todo eso, y ella me sacó cagando", recordó el padre del Chino Darín. Justamente, la idea de formar una familia fue la que rompió la pareja. "Ricardo quería tener hijos y yo no quería, él quería ir a vivir a una casa y yo a un departamento", explicó Giménez a Crónica.
Sin embargo, su ruptura amorosa dio paso a una hermosa amistad que permanece intacta, incluso con Florencia Bas, a quien Darín conoció antes de separarse de la diva de los teléfonos, en 1987. "Ricardo logró formar la familia que soñaba y yo siempre le voy a estar agradecida a Florencia por haberlo hecho tan feliz", remarcó Susana. Y contó cómo fue que los tres lograron afianzar su vínculo: "El día que Ricardo se casó con Florencia, cuando me despedí de los dos le dije a ella: 'Nunca, jamás, te sientas amenazada por mí'.
Ella tuvo la sabiduría de creer en mis palabras y desde aquel entonces hasta ahora pasamos a ser familia para siempre. Casi diría que hoy, cuando estamos juntos, me llevo mejor con la Flora que con Richard. Es que él sigue siendo el mismo desbolado e impuntual de siempre. Lo bueno es que como no soy yo la que convive con él, me río en lugar de ponerme como loca".