Alfonsina Maldonado tiene 39 años y el sueño de volver a competir en las Olimpíadas representando a Uruguay, su país, tal como lo hizo en 2016. Dueña de una valentía admirable y ejemplo de resiliencia, practica equitación, deporte para el cual entrena a diario. Y muy a pesar de sus esfuerzos, los Juegos Paralímpicos de París que comienzan este mes no contarán con su presencia. "No logré el objetivo económico", dice con un dejo de tristeza.
Sin embargo, esta mujer que se quemó cuando tenía 6 meses de vida, accidente que le produjo la pérdida de una mano, y que fue operada 18 veces, no se deja vencer. "Me siento afortunada porque desde chiquita tuve la oportunidad de aprender de la vida", dice como un mantra y no queda más que creerle.
Amante del campo y los caballos -monta desde que era pequeña-, elige seguir viviendo donde se crió, en la casa paterna de la zona de Florida, en su Uruguay natal, en el medio de la naturaleza. Se considera disciplinada, dice ser dueña de un cuerpo privilegiado y admite que le gusta "comer fuerte". "Todo casero. Cocino todo, hasta el pan. Y soy bastante mañosa en ese sentido. A veces me invitan a comer a algún lado y pregunto si es comida casera", explica esta gran mujer.
La frustración de no haber llegado a los Paralímpicos de París 2024
-¿En que quedó tu participación en los Juegos Paralímpicos de París?
-No, no voy a los Juegos de París. Estuve trabajando tres años fuerte para el tema de patrocinios y no logré el objetivo económico. La frustración que conlleva eso ¿no?, porque no es solo el tiempo que uno invierte en buscar los fondos sino que también el físico y mental. Porque mientras tanto uno entrena y está la alerta de estar listo por si llega la plata. No llegamos, pero ya estoy nuevamente, hace un par de meses, iniciando el esfuerzo para Los Ángeles 2028.
-¿Competís en equitación en los Paralímpicos?
-Hago equitación, hago adiestramiento paralímpico, la prueba de grado 5 Grand Prix, que es una prueba de muchísimo nivel donde necesitás un caballo de Grand Prix realmente. Porque si bien es paralímpico el nivel es Olímpico.
-Competiste en Rio 2016.
-Sí, fue la primera vez en la historia que Uruguay estaba presente en la disciplina y bueno todo una experiencia, llegué muy cansada emocionalmente, pero llegué, que era mi sueño estar en unos Juegos, era mi sueño de niña y bueno ahí estuvimos.
Alfonsina Maldonado y su pasión por los caballos
-Contame cómo nace tu pasión por la equitación, si bien sos del campo y leí que tu abuelo también te heredó el amor por los caballos.
-Bueno, no sé decirte cuándo porque no tengo recuerdos. Mis recuerdos... son de siempre. Desde siempre que me corren por las venas los caballos y desde siempre que quise hacer eso. Yo lo considero de esas pasiones que uno trae en el corazón muy marcada. Así lo vivo yo, como una pasión muy marcada, muy fuerte, que quiero hacer eso, me gusta hacer eso y eso no es un esfuerzo. Cuando hay tanta pasión ya deja de ser esfuerzo.
-¿Cómo fue la primera vez que te subiste a un caballo? ¿Qué sentiste en ese momento?
-Guau. Era muy chiquitita. O sea los días que me daban el alta, ya me subían a caballo. Desde muy chiquitita que me subo a un caballo. Más que vivo en el campo de toda la vida, es algo sumamente común para mí… Te puedo decir que es el recuerdo que mantengo siempre. Es un lugar donde donde me siento muy feliz, muy plena; es una compañía que no la cambio por nada.
Alfonsina Maldonado y una historia de resiliencia muy fuerte
-Tenés una historia de resiliencia muy fuerte. ¿Cómo te definís?
-Me defino como una persona con muchísima voluntad. Mucho amor, tengo mucho amor, me gusta dar amor y que me den amor, pero me defino sobre todo con eso, mucha voluntad y mucho amor.
-¿Creés que serías igual si no hubieras vivido la tragedia que viviste?
-No. Todos los que pasamos por situaciones de mucho caos, situaciones fuertes así, la vida te cambia. A mí me tocó vivirla desde muy chiquita y me siento afortunada, porque desde muy chiquita tuve la oportunidad de entender un poco más de la vida. Así que me siento afortunada y sin lugar a dudas que hubiese sido diferente. Eso es obvio.
-¿Pensás a veces cómo hubiera sido tu vida o directamente mirás para adelante?
-No, no. Considero que así tenía que ser y me tenía que tocar a mí. Así como es, es perfecto. Nunca me he planteado eso.
-¿Sos religiosa?
-Creo en una energía superior a nosotros, muchas veces rezo, pero rezo y le pido sí, a Dios, a mis ángeles, a mis guías, cuando los necesito les pido cosas. Sí creo en una energía superior, más grande nosotros.
-¿Y te han concedido deseos o algo que pediste con mucha fuerza?
-Y... estar en las Olimpíadas, pero también depende un poco de la voluntad de uno. Uno tiene que pedir, pero también tiene que hacer. Y sobre todo cuando pedís, hacerlo con esa
fé que no se ve, que solo tu corazón y tu voluntad hacen que despues también suceda, porque se tienen que alinear muchas cosas. Pero cuando uno tiene fé y lo pedís, te lo van a mandar cuando estés listo para recibirlo.
"Mi mayor enseñanza fueron esos 5 años de aislamiento"
-¿Que te pasó cuando eras chiquita?
-Era bebé, me faltaban unos días para cumplir seis meses. El historial médico dice que tenía seis meses. Mi madre encendió una vela, habíamos ido de paseo a casa de unos amigos. Se cortó la luz, la puerta se cerró de golpe mientras mi madre salió afuera a empujar la camioneta de Daniel y Graciela.
Cuando me escuchó a llorar ya se había prendido todo fuego, así que a partir de ahí estuve 32 días en coma sin esperanza de vida. Luego viví cinco años prácticamente en aislamiento. Y hasta los 19 años con intervenciones quirúrgicas. Hace unos meses me hicieron una nueva, así que tengo 18 cirugías plásticas y mi mayor enseñanza fueron esos cinco años en el aislamiento sin acompañamiento.
-¿Por qué tu mayor enseñanza?
-Y porque para cualquiera que tenga que vivir en una sala de aislamiento totalmente solo y con un dolor indescriptible que te corre por el cuerpo, el cual no hay consuelo, o te aferras a la vida o te mueres. Y no solo de dolor, sino que de angustia.
-¿Y cómo hacías el colegio ahí? ¿Como aprendiste a leer y a escribir?
-Me enseñaron las enfermeras, los doctores y tenía maestros. Mi maestro rural de más grande iba hasta el hospital para darme clases, me dejaba tareas y yo las hacía.
"Mi adolescencia fue cruel"
-¿Cómo fue tu adolescencia?
-Cruel. Hoy en día se llama bullying, antes no existía la palabra. Pero bueno, un proceso de muchísimos cambios donde la perfección de los cuerpos está más que nunca en ebullición por decirlo de alguna manera...
Y las miradas, los sobrenombres que te ponen y todo eso es realmente duro para cualquiera que hoy en día probablemente sea normal entre comillas, porque para mí todos somos normales con pequeñas diferencias que nos caracteriza y nos hacen únicos. Y a esas cosas únicas las llaman imperfectas y discapacidad, que no estoy de acuerdo.
-¿Las operaciones que te hacían eran por tu brazo?
-Sí, todas operaciones de reconstrucción quirúrgica. Cirugías muy importantes, muy grandes. En casi todas, te diría que en el 90 por ciento injertadas. Menos esta última, todas las demás con injertos y donantes de piel. Operaciones muy importantes todas.
"Soy madrina de la sala 5 de niños quemados graves"
-Leí que hacés un trabajo de recorrer hospitales de niños quemados...
-Sí, mis samurais. Soy madrina del Hospital Pereyra Rossell, la sala 5 de niños quemados graves, son 12 salas. También he ido a Buenos Aires que me invitaron una vez y siempre que hay algún caso especial de adulto también participo, pero solo si la persona desea conocerme y compartir conmigo, si no, no.
Sí los acompaño, comparto con ellos, intento darles lo que yo no tuve y enseñarles lo que está mi alcance desde la experiencia y la empatía, desde el dolor que ellos están sintiendo y muchas veces no saben expresarlo.
-Después de tu vivencia debes sentirte muy identificada con todos esos niñitos.
-Con algunos casos una se siente identificada. Simplemente me siento agradecida de compartir con ellos y que me den su amor también incondicional, porque es un lugar donde la gente valora que vayas a visitarlos y les des un abrazo.
-Más allá de eso, volviendo al presente, ¿cómo es tu vida? ¿Estás en pareja?
-Estoy sola y tengo una vida la cual intento que sea muy tranquila en el campo. También doy conferencias, que es mi fuerte y tengo esta labor social. Ahora es una temporada bastante baja de conferencias y luego soy embajadora de marcas. También doy charlas en escuelas.
-¿Vivís con tus padres?
-Vivo con mi padre desde que volví de Europa, en el departamento de Florida. Vivo en la casa de cuando era niña, acá en el medio del campo donde hay mucha calma.
Su encuentro con el expresidente argentino
-El año pasado te recibió el expresidente Alberto Fernández, ¿qué recordas de esa reunión?
-No tengo ideología política porque creo que cuando uno es deportista tiene que ser bastante neutro y se tiene que reservar eso tan personal. Y la verdad que para mí fue un honor que un presidente de otro país me reciba, más allá de los colores políticos, fue un honor que me atienda, que se tome el tiempo para charlar conmigo.
La verdad es que compartí una charla muy linda con él, hablamos de la vida, me preguntó obviamente por mi labor social y demás porque sabía que había ido a Buenos Aires.
-Ahora tu meta son las próximas Olimpíadas en 2028...
-Si, es gran objetivo que tengo, es una forma de despertar para soñar, es una forma de tener una meta en la vida, para tener pasión para despertarse.
"Al dolor hay que sentirlo porque es el mayor maestro de tu vida"
-Sus un referente en la resiliencia, por eso te pido un mensaje para quienes estén pasando momentos duros en la vida...
-Wow, qué responsabilidad... Siempre digo lo mismo, que al dolor hay que sentirlo y hay que aprender de él. Es muy importante para tener un crecimiento en la vida. Y hay que tener muchísima voluntad para vivir y darse cuenta que es todo muy simple y que no hay que darle tanta vuelta a las cosas.
Hay que vivir más simple. Lo que sí encuentro hoy en día, es que para todo la gente se empastilla. A la gente no le gusta sentir el dolor. Al dolor hay que sentirlo porque es el mayor maestro de tu vida y si no lo aprendes a sentir, no vas a poder sobrellevar nada en tu vida, así que es eso, el dolor es maestría, simplemente eso.
-¿Hiciste terapia alguna vez en tu vida?
-Sí, hago. Siempre. Tengo mis terapeutas que trabajan conmigo desde hace años. Y después soy una persona que se levanta, medita, hace baños helados, busco estar bastante en conexió con la calma y con lo simple, no olvidarme de lo simple.
-¿Hacés yoga?
-No, yoga no. Me gusta el entrenamiento físico, me gusta la adrenalina. Me gusta el boxeo, nadar en aguas abiertas... Cuando empecé boxeo dije guau, es tremendo, muy duro, encontré un gran canalizador a la rabia, a la euforia y a la depresión. Me enamoré del boxeo, ahora hace dos meses que no lo practico por mi última operación, pero lo amo, es fascinante.
Fotos: Gentileza entrevistada y @alfonsinamaldonado
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