Anne Hathaway tiene una de esas historias de película para narrar cómo fueron sus comienzos en la actuación, cuando todavía era una adolescente.
Resulta más que llamativo su relato sobre la vez que se presentó al casting de Diario de una princesa, la película con la que saltó a la fama y le abrió las puertas a sus futuros y exitosos trabajos.
Anne se encontraba de casualidad en Los Ángeles, ya que estaba por irse a Nueva Zelanda. Entonces, al ver la convocatoria, se presentó al casting por diversión y sin ningún tipo de expectativa.
Al pasar, la hicieron sentarse en una silla, que se encontraba frente a los directores. Pero ocurrió que, tras un mal cálculo, ¡se cayó al piso! En lugar de ponerse incómoda, lo tomó con naturalidad.
Esta actitud le encantó a los que la observaban y fue lo que la volvió la candidata ideal para el rol de Mia Thermopolis, la joven adolescente que se entera que es la heredera al trono de un lejano y desconocido reino.
Cabe destacar que tenía otra cualidad física que terminó de convencer a los directores: uno de ellos dijo que tenía el "pelo de princesa", ideal para el rol.