Jaime y Gabriella no ven a su madre, la princesa Charlène hace ya cinco meses. Cómo se las está arreglando su padre, el príncipe Alberto, para contenerlos y estar presente, mientras su mamá recupera su salud.
Sin su mujer, que era quien se ocupaba la mayoría del tiempo de sus hijos de 6 años, se tuvo que reorganizar para hacerse cargo de ellos.
Un artículo publicado en la revista Bunte analizó los aspectos más sobresalientes de esta situación junto a un psicólogo infantil quien observó que siendo tan pequeños, Gabriella y Jacques aún necesitan tener cerca a su madre, además de mantener sus rutinas y sus rituales. Una exposición intermitente a su madre, a través de videollamadas y demás, claramente no es suficiente para cubrir esas necesidades y, de hecho, se corre el riesgo de que la confianza que los niños tienen en su madre se vea afectada.
Además, hubo algunos sucesos en los que la princesa no pudo estar presente: Gabriella tuvo una fractura en una de sus piernas, noticia que su madre conoció a posteriori y en la distancia. Por otro lado, el mismo día que los medios publicaban su madre había sido internada nuevamente, los pequeños estaban ante las cámaras de los fotógrafos en los actos de una visita oficial del príncipe Alberto a Dublín.
Es que el príncipe Alberto, para no separarse de los niños, optó por llevarlos con él a todas partes, sobre todo, a los actos oficiales, que se caracterizan por ser exigentes dadas las reglas de protocolo que imponen y que pueden ser demasiado para dos niños de solo 6 años.
Dadas las cosas, cada padre tiene una manera diferente de abordar la crianza de los mellizos: mientras Charlène, según sus amigos, es una "guardiana" de sus hijos y una mujer empeñada en que llevaran una vida lo más normal posible, Alberto tiene una manera de ser un tanto más fría y distante.
No olvidemos que perdió a su propia madre a los 24 años, que siempre habló bien de Grace Kelly y de su labor como madre, definiéndola como una mujer "más tolerante" que su padre, el príncipe Rainiero. Una imagen maternal que no es la de su hermana Carolina, quien relató una infancia de padres ausentes y poblada de niñeras.
