La partida de Selva Alemán este martes 3 de septiembre conmocionó a gran parte del mundo del espectáculo y también a sus fieles seguidores. Era una de las actrices más reconocidas gracias a sus seis décadas de trabajo y además estaba casada con Arturo Puig desde hace 50 años.
La difunta artista nunca pudo tener hijos propios, aunque Puig tenía a Ximena y a Juan de un matrimonio anterior. Así fue cómo Alemán y el actor formaron su propia familia. Además, también tuvieron tres nietos.
Ximena y su marido, Fernando, adoptaron dos hijos, Nikolay y Elizabeta. "El proceso de adopción fue arduo, porque implicó juicios y trámites estrictos en el extranjero. Hizo muchos tratamientos y pasó por muchas frustraciones", contaron, años atrás, Selva y Arturo en una entrevista para "La Once Diez".
Por otro lado, Juan y su pareja, Florencia, tuvieron a Santos. Sus tres nietos les trajo una felicidad inexplicable a su hogar, dado que, en sus redes sociales, compartían fotos todos juntos, donde se podía ver los momentos que disfrutaban en familia constantemente.
"Mis adorados nietos Nikolay y Elizabeta", escribió hace un tiempo Puig en su cuenta de Instagram junto a una foto de sus descendientes. También, allí muestra cuando los cuida durante los fines de semana. Por otro lado, Selva siempre los llamaba: "Mis soles".
Cómo fueron las últimas horas con vida de Selva Alemán
Este miércoles, en el programa "A la Barbarossa", que conduce Georgina Barbarossa por Telefé, le preguntaron a Carlos Rottemberg si pudo acompañar a Arturo Puig en este duro momento, debido a que Selva Alemán falleció este martes a sus 80 años.
"Estuvimos en el sanatorio después del hecho imprevisto. Ayer al mediodía, Selva estaba todavía haciendo los planes para ir a trabajar a Mar del Plata el próximo verano. Hay que ratificar que Selva ayer a la mañana gozaba de buena salud", contó el empresario.
"Tuvo una descompensación a la mañana, el servicio médico la atendió y estaba bien. Se repuso y, a la tarde, volvió a tener otro episodio, por lo que Arturo volvió a llamar al servicio de emergencia. Ahí, ya había hecho un primer infarto en la casa, pero, igualmente, pudo trasladarse bien hasta la clínica Zabala", explicó Rottember.
"El desenlace se produce ya en la clínica, no fue en la casa. En la casa, en todo caso, fue el preanuncio de algo que se suponía que, cuando llegase a la clínica, se iba a poder subsanar. Realmente, la sorpresa para el público es la misma sorpresa que tuvimos todos nosotros", expresó el empresario teatral.
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