Cada vez son más las personas que buscan un futuro de tranquilidad lejos de las grandes ciudades y en contacto con la naturaleza… y la farándula no está exenta a esta novedad. Damián de Santo es una de las figuras del mundo del espectáculo que combina su vida entre Buenos Aires y Córdoba. Allí el actor tiene un complejo de cabañas en Villa Giardino, a pocos metros de la propiedad de su amiga Georgina Barbarossa. A través de “Umbral del Sol”, el artista se recluye entre atardeceres inolvidables y el tan esperado aire puro de las sierras.
Una relación de casi veinte años con este lugar tan característico tiene un motivo muy profundo que lo une a raíz de un hecho traumático de su vida privada. “Con Villa Giardino la historia es que vine a perder el embarazo de cuatro semanas de mi esposa. El embarazo venía muy complicado, con mucha perdida. Vanina estaba preocupada y le propuse a nuestro obstetra traerla de vacaciones a Córdoba. Sentía que su cabeza estaba atiborrada de ideas de madre primeriza y estas pérdidas le generaban una angustia aun mayor”, relató en una entrevista con Radio Zónica.
Lo que era la espera de una mala noticia, terminó siendo un milagro: Vanina no tuvo más perdidas, la pareja regresó a Buenos Aires con una panza de tres meses y la convicción de que habían encontrado ese famoso lugar en el mundo. “Sentimos que le debíamos algo a Villa Giardino. Yo aproveché y lo usé como una excusa porque toda la vida sentí que la ciudad no era para vivir y tener una familia. No me sentía cómodo en Buenos Aires. Sentía que podía nutrirme de la ciudad, pero a la vez me agobiaba. Cada vez me iba a vivir más lejos. Antes de mudarme a Córdoba terminé viviendo en Villa Urquiza, cerca del primer cinturón de la Avenida General Paz”, relató.
Con la necesidad de tener más cerca la naturaleza, ese “agradecimiento” se tradujo en la posibilidad de montar un complejo turístico de cabañas que terminó siendo referente en la zona, dándole vida a un lugar que estaba completamente despoblado. A base de mucho esfuerzo armaron lo que hoy es un lugar que eligen los argentinos en cada temporada de verano. “Un rincón sobre tierra fresca con vista al atardecer, arrullado por el río que suena cercano, con aroma a flores y pan casero, libre para las risas de niños que juegan, con maderas que crujen en la chimenea o pies mojados en la orilla de una pileta que empieza tranquila, como un mar cuando está sereno”, es la promesa.
Características únicas
El terreno tiene tres cabañas de entre 90 y 100 metros cuadrados con jacuzzi, muebles y accesorios realizados por artesanos de la zona, decoración con cuadros originales de los artistas Marisa Mansilla y Carlos Martín, horno de barro y vistas impagables. Una particularidad es que fueron construidas sobre pilotes y con ladrillos térmicos revestidos por tronco. Los espacios al aire libre ofrecen un parque ideal para distenderse y una imponente pileta de 140 metros cuadrados con forma de lago, un diseño que resulta más que amigable y seguro para los chicos y adultos mayores. También cuenta con sombrillas de paja, reposeras y climatización del agua. Sala de masajes y vestuarios completan la oferta.
Los incendios en Córdoba casi consumen la propiedad
Este espacio, en donde también vive De Santo, terminó transformándose en un ingreso que se hizo especialmente necesario en épocas en donde el trabajo como actor escaseaba. Lo cierto es que el año pasado vivió momentos de zozobra a raíz de una serie de incendios que pusieron en peligro la integridad de las propiedades y de todo el esfuerzo de su vida. El fuego llegó a metros de las cabañas que fueron salvadas gracias al avión hidrante de un vecino: las imágenes del actor apagando, como podía, los focos fueron muy comentadas por esos días.
“Estaba tomando mate en una de las cabañas a las 9 de la mañana. Miraba el incendio atento pero despreocupado porque estaba yéndose para otro lado. Pero viró el viento y las llamas empezaron a avanzar 400 metros por minuto. A la hora lo teníamos en mi casa, ahí abajo. Con Joaquín, mi hijo, corrimos a las cabañas. Tiramos agua con la hidro, pero era lo mismo que nada, casi como tirar piedras. El fuego devoró el quincho del complejo y la llamarada iba a prender fuego la casa”, relató en Infobae sobre ese dramático momento.
“Gracias a la solidaridad de la gente, a Hernán y a su avión lo apagamos. Al otro día estaba todo el pasto quemado, pero en los lugares que habían quedado verdes florecían las glicinas, las verbenas. Después de un par de lluvias volvió a estar todo verde y las sierras están bellas. No parecía que había pasado todo lo que había pasado”, recordó en la entrevista que brindó en noviembre.