La vida personal y profesional de Alberto Cormillot es bien conocida, gracias a sus más de 50 años de exposición en televisión y medios de comunicación. El reconocido médico nutricionista vive en una impresionante casa junto a su esposa, Estefanía Pasquini, y su pequeño hijo Emilio. Este hogar destaca por su decoración única y su gran tamaño, ideal para recibir a su extensa familia.
Como es común, las casas reflejan la personalidad de sus dueños. La casa de Alberto Cormillot no es la excepción, con elementos decorativos que llaman la atención de cualquiera. Uno de los detalles más curiosos es un maniquí llamado Francis, un regalo de su exesposa Mónica, que ha sido parte del living familiar durante 20 años. Al lado de Francis, reposa un enorme oso de peluche, regalo para su hijo Emilio.
Un hogar lleno de recuerdos
Alberto Cormillot es muy sentimental y conserva muchos recuerdos de años pasados. Su casa está llena de regalos, muebles y objetos que pertenecieron a sus padres. Por ejemplo, el escritorio de su padre se mantiene tal como él lo dejó, con adornos, fotos y papeleo intactos.
Por su parte, la habitación de Emilio, el hijo menor, es uno de los rincones más modernos y luminosos de la casa. Decorada con aire acondicionado, cortinas grises translúcidas, muebles en blanco y turquesa, y un piso de parquet brillante, ofrece un ambiente contemporáneo y acogedor.
El rincón religioso de Alberto Cormillot
El living de la casa también alberga un hogar con una gran colección de figuras religiosas. Un Cristo crucificado, ángeles, vírgenes y mártires decoran un impresionante altar, que resaltan la importancia de la fe en el hogar de Cormillot.
Una de las joyas de la casa es la extensa biblioteca de Alberto Cormillot, que cuenta con más de 10,000 ejemplares de enciclopedias ilustradas. Estos tomos se distribuyen entre su hogar y el consultorio de su clínica.
La cocina y el gran comedor
La cocina de la casa es otro espacio que no pasa desapercibido. Con muebles de madera y repisas llenas de utensilios, el gran comedor está decorado con platos en las paredes, portalámparas diversos, cuadros y adornos de viajes, creando un ambiente cálido y familiar.
Alberto Cormillot es un fanático de los duendes y tiene más de 31 muñecos que decoran el patio y el jardín de su casa. “Ellos me hablan a mí y yo les hablo a ellos”, comentó Cormillot en una entrevista. Estos duendes tienen nombres secretos que él no revela.
El patio de la casa es un gran jardín con varios sectores para compartir en familia. Bajo un gazebo hay una mesa familiar, reposeras y un juego de té en hierro y mármol cerca de la piscina, ideal para reuniones y momentos de relajación.
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