Unos 420 metros cuadrados valuados en 490 mil dólares conforman el paraíso en el que Pepe Cibrián reside desde hace dos décadas en un barrio privado ubicado en la localidad bonaerense de Pilar. La mansión tiene una impronta creativa en donde el artista pudo poner lo mejor de sí en cada uno de los detalles.
“Es el terreno más grande de todo el barrio”, definió sobre el espacio de 2.200 metros cuadrados que tiene un amplio parque selvático con ejemplares que él mismo se encargó de elegir y colocar. Las grandes vedettes del jardín son unas 120 palmeras de 30 metros de altura, algo que solo los años logran y que transforman a este espacio en un lugar único.
La casona cuenta con ocho ambientes, cinco dormitorios y cinco baños. Las habitaciones cuentan con baño en suite y la principal, que tiene un tamaño de 120 metros cuadrados, tiene vestidor y jacuzzi. En la sala de estar más grande, además, hay un hogar, un escritorio y un enorme ventanal con vista al parque se lleva toda la atención: la vista se relaja con una imponente cascada que por las noches se ilumina y aporta ese detalle especial.
Tanto el living, el comedor y la cocina tienen las paredes revestidas en piedra. Por lo que se puede observar, todos los ambientes presentan un aspecto oscuro por esas tonalidades y la amplia presencia de madera. Seguramente intentó contrarrestarlo colocando una gran variedad de lámparas y apliques.
Hay que reconocer que los ojos se disparan para todos lados: hay un detalle muy especial en el techo de la sala de estar que está pintado con una intervención artística. Estatuas y adornos invitan a explorar. Otro detalle es la enorme cantidad de muebles y cuadros que decoran, con sello propio, cada uno de los centímetros de su hogar.
La casa cuenta con varios ingresos -todos sellados con clave- y cámaras de seguridad; los distintos ambientes están rodeados por el parque y están climatizados con frío y calor. La cochera, con espacio para varios autos, tiene portón eléctrico.
A la venta
A principios de abril Pepe Cibrián sorprendió al colocar a la venta esta propiedad que ha sido testigo de tantos momentos felices de su vida. Es que, de acuerdo a lo que explicó, en estos momentos prefiere concentrarse en estar en un lugar más chico que requiera menores cuidados.
“Vendo esta casa porque siento que hay etapas de la vida. Perderla es como perderse de comprar un paraíso. El comprador viviría con recuerdos como toda casa que tiene magia... yo sentía la necesidad de tener un mundo dentro del mundo y disfrutar mi casa”, valoró. Su idea es mudarse a un departamento y quedarse dentro de esa misma localidad del norte bonaerense.
