Según se informó en Intrusos, la casa de Héctor Ricardo García que habitaba Anabela Ascar -quien se resistía a ser desalojada-, fue finalmente vaciada. Una empresa de mudanzas llevó todos los muebles de Anabela hacia un depósito y la casa, que está por fin en manos de María Elena, la hija del empresario fallecido, permanecerá cerrrada por el momento, tal como se expresó en el programa de America.
La vida de Anabela en la casona de Belgrano
Anabela Ascar siempre quiso que esa casa fuera de ella. Allí se sintió reina y señora como en ningún otro lugar por primera vez en el año 2004. Era un sentimiento que ni siquiera había sentido delante de las cámaras cuando conducía el mediático programa de Crónica tevé que la llevó a la fama. Ahora esa mansión de Belgrano es su prisión porque allí está atrincherada. Pretende que los García le den 10 millones de pesos (antes pedía 24) a cambio de la casa. De esta manera, estaría dispuesta a dejar esa casona que hoy está en ruinas y abandonada.
Cuando Héctor Ricardo García murió, en 2019, "a ella le correspondieron dos departamentos y una chacra en la provincia de Buenos Aires", comentaron en "A la tarde", el programa que conduce Karina Mazzoco por América tevé. Sin embargo, ella quiso más.
La casa que tiene la reja de ingreso al garage cerrada con candado y el jardín del frente descuidado, tiene 1500 metros. Dicen que el estado de deterioro de la propiedad es importante. Está en ruinas por falta de mantenimiento: el pasto está crecido y se puede ver detalles de pintura descascarada.
Estarían pidiendo por ella un millón de dólares por el mal estado en el cual se encuentra, cuando por ubicación y metros cuadrados tendría que valer el doble.
Anabela vive allí y no se sale para nada. Está acompañada de un perro, un gato y su madre. Ya no tiene personal doméstico porque no cuenta con solvencia económica.
Además de ser una casona de dos plantas, tiene un parque de grandes dimensiones. El diseño fue pensado para que todas las habitaciones se conecten con el jardín.
Anabela persiste en su decisión de quedarse atrincherada en la mansión que era el empresario de medios. Pedía 24 millones de pesos, ahora pide 10. Una pulseada que ya peleó batallas judiciales y que promete terminar con desalojo.