Luna Lerner tiene 14 años y desde chiquita vive rodeada de música: es la hija mayor de Alejandro Lerner y de Marcela García Ibáñez.
Desde chica asiste a una escuela de actuación en los Estados Unidos, donde vive gran parte del año junto a sus padres.
"Mi gran sueño es ser actriz famosa y si se puede, cantante. Soy histriónica desde chica. Bailaba y actuaba y se lo mostraba a mis padres. Me encanta la actuación, me apasiona. En 2023 voy a empezar a estudiar con Cris Morena. Quiero aprender cosas nuevas y ella es una capa", le contó a Caras en entrevista el año pasado.
La adolescente cuenta con el apoyo de sus padres, quienes entienden que ella se inclina por el canto y la actuación por la pasión que generan en ella. Saben bien de qué se trata, siendo Alejandro Lerner uno de los máximos cantautores argentinos, consagrado no sólo en nuestro país. Y Marcela, una eximia cantante de jazz.
"Quisimos que Luna se descubra a sí misma y estamos dejando que protagonice su propia vida y busque sus espacios. Nosotros tratamos de alcanzar los elementos para que pueda mejorar. Toma clases de canto con el mismo profesor que tenemos con Marcela. Le pone garra, tiene ganas y para ella no es un juego. Se ve que tiene pasión", le contó Alejandro Lerner a la publicación citada.
Luna tiene su cuenta de Instagram en la que ha publicado algunas fotografías: selfies, paisajes y momentos con amigos.
La historia de amor de Alejandro Lerner y Marcela García Ibáñez
Lerner conoció a quien es su esposa en 1999 y fue casi diez años después, en 2008, cuando avanzaron sobre la idea de convetirse en padres. La conversación se dio en un viaje espiritual que compartieron por Hong Kong, Nepal y Tailandia en el que rezaron por la fertilidad.
“El embarazo fue mucho más fácil de lo que pensábamos y lo vivimos muy naturalmente”, reveló hace un tiempo. Fue así que la primera en llegar fue Luna en 2009: la familia paró sus actividades y se instaló en Argentina para que el parto sea en el país natal de ambos y, a los pocos meses, retomaron su vida en Los Ángeles.
“Me encanta porque Luna es una nena que se crió entre un montón de gente y viajando de un lado para el otro, así que está acostumbrada al movimiento y a ver muchas caras distintas, nada le da miedo”, valoró en aquel momento.
En 2015 se sumó Thomas y la familia quedó completa, quien ahora tiene 9 años.
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