Laura Novoa, actriz que personificó nada menos que a María Marta García Belsunce en la serie "María Marta: el crimen del country", estuvo en pareja durante quince años con el escritor y guionista Mario Segade. De esa unión nacieron Mora y Franco, los hijos de Novoa, quien hace un tiempo definió a la maternidad como "un viaje de amor", mientras ve cómo sus chicos van de a poco, tomando vuelo propio.
La mamá de Mora y Franco tiene claro que en poco tiempo quizas le toque verlos avanzar profesionalmente… aunque a uno de ellos los tendrá bien cerca.
La mayor tiene 20 años y es la que busca seguir sus pasos, estudiando distintas carreras para no dejar nada librado al azar. “Es una bomba”, definió en “Implacables” por El Nueve hace pocos meses.
“Ahora igual es actriz, pero no le alcanza solo con eso así que está haciendo la carrera de títeres en el Teatro San Martín, Letras y ahora la FUC (universidad de cine). Más no puede hacer. Salió obsesiva como la madre”, definió.
Y confesó: “Es re loco verla como actriz. Hizo un bolo en “El Jardín de Bronce” y recién está empezando”.
En tanto, el adolescente de 15 años estaría analizando un futuro distinto al de su hermana, su mamá y su abuelo que se inclinaron por el mundo del espectáculo: “Con esa edad no se sabe, pero no creo que venga para estos lados. Me parece más que da para ingeniero electrónico… otro mambo”, contó la actriz.
Con respecto a su matrimonio con el padre de sus hijos, hace un tiempo Laura manifestó que no lo consideraba como "un fracaso". "Pero es cierto que muchas mujeres viven así el divorcio y creo que todas tenemos que aprender a perdonarnos. Obvio que me casé pensando en que era para toda la vida y no fue así, pero más triste hubiera sido seguir aferrada a una pareja que ya no funcionaba", dijo a Para Ti.
Y cuando le preguntaron si se sentía mal porque era considerada una "mujer madura", Novoa respondió: "¡No! ¡Me encanta! Hoy lo vivo con total naturalidad. Sí creo que la sociedad no se lleva bien con la madurez de la mujer y eso nos pesa inevitablemente a todas. Pero si logramos que los mandatos de esta sociedad dejen de ser una carga y entendemos que las arrugas vienen como parte de lo vivido, ¡bienvenidas las arrugas!".