Hoy Lady Di hubiera cumplido 60 años, motivo por el que los británicos realizaron varias celebraciones en su honor. Muchos fueron los que acercaron objetos y detalles conmemorativos a las puertas del palacio de Kensington, donde la princesa de Gales vivió sus últimos días. Por otro lado, sus hijos -los príncipes William y Harry- encabezaron un emotivo acto en el que se mostraron muy unidos como hermanos.
Banderas del Reino Unido, flores y pancartas con la imagen de Lady Di adornaron los exteriores de la que fue su residencia en Londres durante su período como miembro de la realeza británica.
La "reina de corazones" continúa presente en el corazón de su pueblo y prueba de ello fueron la cantidad de adornos y objetos conmemorativos con que la gente adornó los exteriores de la última morada de Diana.
El acto central en homenaje a Diana fue el descubrimiento de una estatua en su honor, que fue ubicada en uno de los jardines del palacio de Kensington. La pieza fue realizada en bronce por el artista Ian Rank-Broadley, y es una representación de la princesa de Gales rodeada por niños, una de las motivaciones más grandes que tuvo en su vida, que la llevó a realizar obras de beneficencia en todo el mundo.
La estatua fue emplazada en el "JArdín Hundido" del palacio y podrá ser visitada por el público. En el momento de su revelación, estas fueron las palabras que leyeron los príncipes: "Hoy, en el día que nuestra madre hubiera cumplido 60 años, recordamos su amor, fuerza y carácter, que la transformaron en en una fuerza del bien alrededor del mundo, cambiando incontables vidas para mejor. Todos los días deseamos tenerla de nuevo con nosotros, y nuestro deseo es que esta estatua perdure por siempre como un símbolo de su vida y de su legado. Gracias a Ian Rank-Broadley, Pip Morrison y sus equipos por el increíble trabajo, a los amigos y donantes que ayudaron a hacer posible esto, y para todos los que alrededor del mundo mantienen viva la memoria de nuestra madre".
Además de los príncipes, participaron de la ceremonia su tío y sus tías, hermanos de Diana: el conde Spencer y las ladies Jane Fellowes y Sarah McCorquodale, siendo ellos los únicos representantes de la familia real.
Aparte de eso, hubo un gesto no tan evidente, pero sí muy significativo: William fue el que tomó personalmente la decisión de que la prensa no estuviera presente en el acto, como una deferencia ante su hermano y el enfrentamiento que ha mantenido con los tabloides británicos (que en sus crónicas cargaron desde las afueras de palacio contra la decisión). La ceremonia fue breve, y Harry y Guillermo no tenían previsto pasar demasiado tiempo juntos después