Los Windsor comienzan a ocupar sus asientos en Westminster para la ceremonia de Coronación de Carlos III. Uno de los arribos más esperados era el del príncipe Harry, quien ingresó al templo detrás de sus primas, Beatriz y Eugenia de York.
Esto no es un detalle menor: el orden de entrada está establecido por protocolo y que Harry haya entrado detrás de las hijas del príncipe Andrés y de Sarah Ferguson, se debe a que ya que no tiene un papel destacado en la ceremonia a pesar de ser el hijo del nuevo rey, por haber renunciado a sus privilegios dentro de la monarquía.
Cómo es el atuendo del príncipe Harry para la ceremonia
Como ya se anunció en su momento, la gran ausente es Meghan Markle, quien se ha quedado en California con sus hijos, ya que esta fecha coincide con el cumpleaños del mayor, Archie.
"El príncipe Harry no lleva uniforme militar como el resto de la familia real ya que el renunció a todos sus privilegios royals", explica Matias Becci, técnico Superior en protocolo y ceremonial y asesor de imagen.
Por el contrario, "Tanto la princesa Ana, el príncipe Eduardo y sus cónyuges van los atuendos propios de la orden de la Jarretera. Al igual que Harry, el hermano del Rey, Andrés, también va con jacquet ya que no se le permite usar uniforme militar", aclara el especialista.
Harry, desde la tercera fila
Hubo varios signos más, durante la ceremonia, que evidenciaron la pérdida de la posición de Harry como miembro de la realeza. Si bien conservará su título de príncipe hasta su muerte, lo que cambia radicalmente con su renuncia es su tratamiento.
Es decir, durante la ceremonia, no es azarosa la ubicación de los asistentes: William y su familia ocupaban la primera fila. En la segunda, su tía, la princesa Ana. En cuanto a Harry, estaba en la tercera fila, junto a sus primas.
Asimismo, su partida desde la Abadía de Westminster no se hizo en ningún tipo de carruaje. Ni siquiera en un auto de la marca de la flota oficial: se subió a un automóvil oscuro y no se sabe con qué destino.
Lo que es seguro, es que no subirá a saludar desde el balcón del Palacio de Buckingham, como sí lo hará el resto de su familia.