El departamento uruguayo de Maldonado, que incluye a las exclusivas zonas de Punta del Este y José Ignacio, es uno de los puntos que elige el jet set argentino para descansar. En épocas en donde la pandemia no era protagonista, los veranos evidenciaban una alta afluencia de compatriotas que copaban toda la costa. Actualmente, son varios los que tienen sus residencias allí y hay algunos, como Susana Giménez y Oscar González Oro, que se instalaron desde el año pasado.
Pero si hay que hablar de precursores, no se puede dejar de mencionar a Nicolás Repetto que fue uno de los primeros en poner el ojo en la zona de La Boyita atrayendo la mirada de muchos famosos que proyectaron sus construcciones en ese sector costero. Con una visión de desarrollador inmobiliario única, el conductor le dio valor a una parte del distrito que estaba prácticamente deshabitada.
La posesión de esa propiedad la tuvo hasta 2011, momento en el que se la vendió a Alan Faena por una cifra que ronda entre los siete y los diez millones de dólares. El número exacto nunca se supo. A los tres años armó las valijas y se instaló en La Fiaca, una chacra de estilo italiano con mucha piedra y espacios al aire libre.
La residencia que compró por tiene 640 metros cuadrados, cuatro dormitorios en suite y un portón de gran dimensión que pesa nada 400 kilos y está ubicada a unos 36 kilómetros del centro de Punta del Este. Además, en el living, se destaca una chimenea de cinco metros de altura, una amplia galería y una vista al mar y a la laguna de José Ignacio.
La pasión por el ex conductor de Sábado Bus de comprar, reciclar y vender propiedades lo llevó a embarcarse en otro proyecto en la zona de La Juanita… sin desprenderse de La Fiaca: con una inauguración que tuvo lugar en enero del año pasado, celebró sus primeros 25 años de amor con Florencia Raggi de la mano de este estreno.
Junto con Adrián Suar fue uno de los primeros en apostar en ese sector cuando el metro cuadrado costaba apenas 200 dólares. La construcción ideada por el arquitecto uruguayo Martín Rodríguez tiene características modernas, con ventanales del piso al techo que permiten disfrutar del mar y de la clásica puesta de sol que ofrece la costa esteña. ¿Hay algo más lindo que estar en la cama y ver cómo cae el sol? ¡Ellos lo viven todos los días!