Mientras Natalia Oreiro palpita el debut de “La Noche Mágica”, la película que protagoniza junto a Diego Peretti, habló de cómo vive su presente al poder haberse reencontrado con sus raíces uruguayas. La actriz y cantante desde el año pasado está instalada en Uruguay, donde actualmente está conduciendo las emisiones en vivo del reality “Got Talent Uruguay” y está más que feliz.
Es que más allá de las idas y vueltas que realizó a la otra orilla, donde vivió especialmente el departamento de Carmelo, estar trabajando tan activamente en la televisión local le otorgó la posibilidad de reencontrarse con la capital de ese país y con su querido público: “Si hay algo que tengo que rescatar en todo esto que pasó de la pandemia -que todavía continúa y que es muy dura para mucha gente- es que me permitió estar en mi país y en un proyecto 100% uruguayo”.
Oreiro confesó en una entrevista con El País que los planes para el 2020 y el 2021 estaban delimitados entre giras, proyectos en diversas plataformas y muchísimo movimiento. Algo que las restricciones producto del aislamiento por el coronavirus hicieron que se produzca un stop. En un contexto normal, poder reservarse la posibilidad de estar en Uruguay durante un año entero “hubiese sido imposible”.
Volver a estar en Montevideo: sus actividades
Natalia tuvo una propiedad durante 10 años en Carmelo, a poca distancia (a través del río) desde Buenos Aires. Pero la última vez que había tenido una estadía tan extensa en la capital del país fue cuando tenía apenas 16 años y comenzaba a sonar ser quien es hoy. “Lo que me pasó, de repente, es que tuve la posibilidad de estar con la cultura uruguaya, algo que como me fui muy chica no llegué a transitar tanto”, dijo.
Y agregó: “Fui a la Biblioteca Nacional, obviamente estuve mucho en el Sodre, hace poquito estuve también en el Correo Nacional, en el Espacio de Arte Contemporáneo y tuve contacto con muchos artistas jóvenes emergentes que fui conociendo. No había tenido esa posibilidad de estar tanto tiempo acá. Y fui al Parque Rodó con mi ahijado y con mi hijo. ¡Y subí al Gusano Loco del Prado con mi amigo, Martín Sastre!”.
