Julieta Ortega posa para el Book de la Semana de Para Ti con una de las prendas it de la colección de Jota & co, la marca de ropa que creó hace 6 años con Fernanda Cohen, su socia y amiga. "Quería usar esta remera de lino que tiene estampada la cara de Idea Vilariño -una de mis poetas favoritas- porque siento que representa un poco el espíritu de la marca: cada prenda tiene que ver con nuestro universo (el de Fer y mío)", explica la actriz.
-¿Estás muy involucrada con el diseño de cada prenda?
-Totalmente. No sólo con la elección de las estampas y las prendas sino también con las fotos de cada campaña: a veces yo soy la modelo y productora y otras posa mi madre, mi hermana o mi sobrina. De hecho, todo lo que ves en esas imágenes es mío -desde los libros que leo hasta mis pijamas favoritos- o de mi socia. Creo que eso hace que la marca sea muy auténtica y tenga su propia identidad. El detalle de que las piezas tengan estampas exclusivas también las convierte en algo muy único y personal
Las tablas y su peso
-Formás parte del elenco de Perdida Mente -la obra de José María Muscari que se estrenó el 22 de septiembre-, ¿estás contenta con el proyecto?
-¡Muy! La verdad es que la propuesta de (José María) Muscari me llegó de un día para el otro. Yo sabía de que estaban armando el elenco de la obra porque Ana María (Picchio) -N.deR: ella es amiga de la familia Ortega y madrina de Julieta- nos contó un domingo, en un asado familiar, que la habían convocado. Ese día ella comentó que se trataba de una obra que hablaba del cerebro y me generó mucho interés todo lo que hablamos en ese almuerzo. A los 10 días de esa charla recibí un llamado de Muscari.
El video de esta nota fue grabado con un moto g30.
-¿Ya habías trabajado con él?
-Sííí….Yo era muy fan de él cuando dirigía teatro under y lo íbamos a ver a sótanos donde se presentaba con obras como Mujeres de carne podrida, por ejemplo. Después formé parte su primera obra comercial -en calle Corrientes- con Florencia Peña, Carola Reyna, Marta Bianchi…. ¡Un elencazo para una obra que era un desastre! (Se ríe). De hecho, siempre recordamos esa experiencia y coincimos en algo: fue una obra muy fallida que nos hizo muy felices a todos. ¡Gran contradicción! O sea: la obra fue un fracaso pero nosotros lo pasábamos bomba.
-Y eso que, cuando un espectáculo falla, suele generar un mal clima en el elenco...
-¡Tal cual! Es así. Pero no en este caso: nosotras y Muscari lo pasábamos genial y a mí me quedó un gran recuerdo de aquel espectáculo así que, cuando me llamó para formar parte de Perdida Mente, me entusiasmé mucho. Eso sí, muy a lo Muscari, ese día en que hablamos me dijo: "Me tenés que contestar hoy si aceptás sumarte a la obra". Eran las 5 de la tarde, yo estaba manejando, asi que le dije: "Dame un rato hasta que llegue a mi casa, lea la obra y te respondo". A las 21 horas tenía un llamado de Rottemberg para contarme cómo eran las condiciones de trabajo.
-O sea que Muscari dio por hecho que ibas aceptabas su propuesta
-Creo que sí. Y, ojo, estuvo bueno eso de que no me diera mucho margen para analizar el proyecto porque, a mí, aceptar una obra de teatro me paraliza: siento que asumo un compromiso extraordinario. Y es raro porque hice mucha televisión, algo de cine y jamás sentí lo mismo que cuando firmo contrato para hacer una obra.
-Es decir que, si te daban más tiempo para pensarlo, a lo mejor rechazabas la propuesta
-Y… puede ser. Insisto: nada te involucra, compromete y exige más como actriz que subirte a un escenario. Pero creo que, en esta ocasión, estaba todo dado: el elenco era increíble, volver a trabajar con José María me tentaba muchísimo y la posibilidad de hacer reír a la gente, en este contexto, me encantaba.
-¿Es tu primer trabajo como actriz después de la pandemia?
-No, antes interpreté un personaje muy chiquito en la miniserie El fin del amor, que protagoniza Lali Espósito, y se estrena el año próximo por Amazon. ¡Fue un proyecto hermoso! Pensá que durante todo el 2020 me dediqué a vender pijamas: mi marca Jota and co -que ya cumplió 6 años- creció mucho y me demanda cada vez más tiempo así que, cuando fui convocada para Perdida Mente, estaba básicamente abocada a pagar mis cuentas. Ahora mecho ambas actividades: la ropa con el teatro.
-Si te propusieran volver a la televisión pero en un formato tipo Masterchef Celebrity... ¿Aceptarías?
-No, la verdad es que no me interesan los realities en general: no sólo las competencias de cocina, tampoco las de canto como La voz. Es como un fenómeno que no consumo, no entiendo, no me divierte ver cómo la gente pelea ni espero la final para conocer al ganador. Obvio que miré la segunda edición porque estaba Andrea (Rincón), que es mi amiga del alma, pero yo no me veo formando parte de un programa así.
Una mamá moderna pero no tanto
-Tu hijo Benito ya tiene 16 años… ¿Cómo te llevás con la crianza de un adolescente?
-No es fácil pero tampoco lo es ser madre de un niño de 2 años que está descubriendo el mundo y no conoce cuáles los riesgos con los que se enfrenta. Justamente por eso, siempre pienso que cada etapa tiene sus beneficios y desventajas. De hecho, hoy puedo decir que tengo una independencia ganada – Benito ya se despierta solo para ir al colegio y va en colectivo así que no tengo que subirme al auto a las 7 AM para llevarlo- pero sigo luchando para que no use desmedidamente con la computadora y logremos cierta comunicación, por ejemplo.
Cuesta el diálogo con el adolescente, ¿no?
Mucho. Básicamente porque ellos se comunican con monosílabos y eso complica mucho a la hora de mantener una charla
- ¿Recordás cómo eras vos a su edad?
-Sí, obvio y eso me permite comprenderlo un poco más. Si bien, cuando yo tenía su edad, no existían las computadoras, recuerdo perfectamente lo mucho que quería -y necesitaba- encerrarme sola en mi habitación, lejos de mi familia. De hecho, también tenía esa sensación de que todo lo que opinaban mis padres estaba mal y lo aburridos que me resultaban sus comentarios.
-¿Nunca te encontrás repitiendo frases de tu mamá que jamás pensaste que podían salir de tu boca?
-¡Todo el tiempo! Y es muy loco comprobar que hoy estás en el mismo lugar que ella y diciendo las mismas cosas cuando siempre creíste que ibas a ser una mamá distinta, súper canchera y moderna (Se ríe)
-¿Cómo es Benito?
-La verdad es que es un chico muy bueno, tranquilo y que, sinceramente, jamás me dio demasiado trabajo. Más allá de estas situaciones -típicas de cualquier adolescente- no puedo quejarme de nada: es una gran persona. A ver, no te quiero mentir: me cuesta que se enganche a hacer una actividad conmigo, ésa es la realidad. Pero también creo que así son todos los adolescentes…. ¿Qué chico de 16 años tiene ganas de salir con su mamá en vez de con sus amigos?
-¿Y al estreno de Perdida Mente fue?
-¡Sí, eso sí! Pero creo que hacía mil que no venía a verme al trabajo. De hecho, yo comencé a trabajar cuando él tenía 3 meses y todas las tiras más exitosas de las que participé fueron cuando Benito era muy chico: Graduados, Viudas e hijos… El tiempo no para, por ejemplo, la grabé el mismo año en que nació. Por eso, siempre me acompañaba a las grabaciones: yo estaba acostumbrada a trabajar con él muy cerca. Pero bueno, es una etapa que ya pasó (se ríe)
Dos personas sensatas y tranquilas
-Te separaste en el 2009 de Iván Noble, el papá de Benito, y se nota que tienen una excelente relación… ¿Cómo lo lograron? ¿Nunca hubo conflictos entre ustedes?
-La verdad es que siempre tuvimos una buena relación y no es algo que nos hayamos impuesto: se dio así desde el día 1. Tuvimos una relación de 7 años en las que navegamos aguas bastante tranquilas porque somos dos personas sensatas que nos queremos y respetamos mucho y la separación fue exactamente igual: en armonía.
-¿Qué le aconsejarías a una mujer que está en conflicto con su ex y no logra mejorar el vínculo?
-No, no me atrevería a dar un consejo porque creo que cada pareja tiene su propia realidad. Puedo hablar sólo de mí. En nuestro caso la clave fue que entendimos muy rápidamente que, si bien se disolvía la relación de pareja, nosotros seguíamos siendo una familia. Es decir: ya no existía la relación sexo afectiva pero sí continuábamos criando a un hijo juntos y, además, nos queríamos.
-¿Los dos sentían lo mismo?
-Sí, totalmente. De hecho no fue algo que tuvimos que trabajar: estuvo claro desde que decidimos separarnos que continuaríamos siendo familia. Mirá, cuando lo conocí a Iván pensé: "Pase lo que pase con este hombre siento que las cosas siempre van a estar bien". Eso fue intuición pura y podría haber salido mal -de hecho nos casamos a los 6 meses de conocernos- pero mi sensación no falló. Sabía que iba a estar.
-Los asados familiares de la familia Ortega en el campo de Luján deben ser un evento digno de disfrutar...
-(Se ríe) Son eventos como legendarios, ¿no? Igual, debo confesar algo: ya no nos reunimos los domingos allí sino en la casa de mis padres en CABA, donde festejamos los cumpleaños de todos. De los años en Luján -que fueron muchos- tengo recuerdos increíbles: allí pasé muchos fines de semana de mi embarazo y también los primeros años de Benito. ¡Fue una época hermosa!
-Hablame sobre tus hermanos y contame qué admirás de cada uno de ellos
-A ver… ¿Por quién empiezo? De Sebastián admiro su capacidad de trabajo y la pasión por todo lo que hace. A Luis lo admiro como director de cine y de actores: es extraordinario. Rosario es súper relajada y me encanta esa característica de ella y Emanuel es, lejos, el más bueno de todos nosotros y un excelente productor musical.
-Nos estaría faltando Martín, tu hermano mayor
-Martín fue mi cómplice total y absoluto en mi infancia: es con quien más relación tenía de chica, tanto por la cercanía de edad como todo lo que compartíamos. Vivimos mucho juntos y una gran influencia para mí.
-¿Estás en pareja, Julieta?
-No, estoy sola y muy bien.
Producción: Marité Rizzo
Fotos: Chris Beliera
Edición de video: Cristian Calvani
Armado de tapa, gif y retoque digital: Gustavo Ramírez
Maquilló: Alejandro Vieytes (@añejandro.vieytes). Peinado: Carmen Da Silva para Cerini. Agradecemos muy especialmente a a Palacio Duhau, a Raquel Flotta y a Caro Marafioti. Ropa: Estudio Amud (@estudioamud), Cynthia Martos (@cinthyamartos) y zapatos by Sil Bauzada (@silettosyl)