El 22 de julio Mariana Genesio Peña abandonó La Academia de Showmatch pero no hubo enojo ni tristeza en su partida, todo lo contrario: se la vio feliz y agradecida por haber participado del programa. "Estamos en un momento en el que hay tan poco trabajo para los actores que me siento privilegiada por haber sido convocada y, cuando firmé contrato, sabía que, en algún momento podía ser eliminada y -si bien no fue así porque dejé La academia por otro proyecto que debo comenzar en breve- no tengo ningún reclamo para hacer, todo lo contrario: estar en el programa de Marcelo (Tinelli) era un gran sueño para mí y lo cumplí", asegura la protagonista del Book de la Semana de Para Ti.
-¿Eras fan del programa?
-Totalmente. Cuando era chiquita miraba Ritmo de la noche en mi casa, veía a Xuxa, haciendo su show en vivo y me fascinaba. Después, ya más grande, cuando comencé mi carrera en boliches gays miraba el Bailando y obvio que me imaginaba participando del certamen: era un gran deseo, una fantasía… Algo que me parecía totalmente inalcanzable en ese momento de mi vida.
-Algunos participantes aseguran que se estresan y sufren mucho antes de cada gala o duelo… ¿A vos te pasaba?
-Yo intenté disfrutar de cada performance desde el minuto uno porque estar en ese estudio era, justamente, algo que anhelaba mucho. La exigencia se siente: no te voy a mentir. Además este año se agregaron otras disciplinas como canto, acrobacia, hicimos imitaciones… ¡Fue un montón! Pero yo tengo como una niña interior que juega a ser famosa, cantante y bailarina e intenté que fuera ella quien prevaleciera por sobre la que sabe que esta carrera es mucho más que un pasatiempo: soy consciente de que hay que transpirar la camiseta para aprender y crecer cada día más, y estoy siempre dispuesta a hacerlo.
-¿Sentís que el programa evolucionó y se deconstruyó desde aquel Ritmo de la noche que veías en tu Córdoba natal?
-Yo creo que toda la televisión argentina cambió y lo celebro: hoy hay muchos más personajes trans en la ficción y eso me genera una gran felicidad y orgullo. Siento que Showmatch siempre tuvo una puerta abierta para la comunidad LGTB y el trato que se le da a las personas que pasan por esa pista es de mucho amor, respeto y reinvindicación. Yo quise, con mi participación, representar a mis compañeras, amigas y traté de ser la voz de la comunidad que me interpela.
Nuevos horizontes
-¿Podemos hablar de este proyecto por el que dejás La Academia?
-Todavía no puedo contar demasiado pero sí que me convocaron para participar de una serie que comienza a filmarse en breve y me tiene súper entusiasmada.
-En algún momento se habló de que Pequeña Victoria -la tira que protagonizaste en el 2019- tendría una segunda temporada… ¿Esto es real?
-¡Sí! Ya la filmamos y fue como emprender una gran aventura porque era debutar con todos los protocolos que hoy exige la ficción: comenzamos a grabar en noviembre del 2020 y terminamos en marzo de este año y se trata de un spin off de la primera temporada de la serie. Se llama Pequeñas Victorias, consta de 10 capítulos y transcurre 5 años después de lo que vimos en el 2019.
-Fue tu primer protagónico en televisión, debe haber sido fuerte la experiencia
-Ufff… ¡Muy! Lo viví con mucha emoción y, reencontrarme un año después con todos mis compañeros, me encantó. Tengo un cariño especial por Emma y siento que fue un gran desafío interpretarla porque es un personaje que me requirió hacer un trabajo muy introspectivo, hasta espiritual y fue interesante profundizar en sus deseos y contradicciones.
Fanáticas de Gasalla
-Se que sos hija de dos padres adolescentes con los que no tuviste un buen vínculo pero sí una abuela muy presente e importante durante tu crianza… ¿Ella fue tu gran contención de pequeña?
-Sí, totalmente. Mi abuela Lucía -que era la mamá de mi padre- fue quien se ocupó de darme todo el cariño del mundo -además de pagarme el colegio, llevarme de vacaciones, al teatro y al cine- porque siempre tuvo una gran predilección por mí. De hecho, desde que yo cumplí tres meses, empecé a pasar todos los fines de semana con ella. Mis padres -que eran muy jóvenes- querían salir y bueno, me dejaban con ella. Uno de nuestros grandes planes del sábado a la noche era mirar juntas el programa de Antonio Gasalla… ¡Te juro que nos moríamos de risa!
-¿Creés que ella se daba cuenta que eras una niña trans?
-(Piensa unos segundos en silencio) Creo que todos notaban con yo era una niña especial pero no me atrevería a decir que sospechaba que era una niña trans. De hecho, pensá que el concepto de infancia trans es algo bastante nuevo: hace unos años sólo se hablaba de un chico afeminado o una chica machona. Eso era todo.
-Tenés razón, era otro contexto: no era un tema que estaba visibilizado.
-Cero: nadie hablaba de eso. De hecho, recuerdo a mi abuela reunida con sus amigas y contándoles con orgullo: "No saben cómo se viste mi nieto para ir a bailar, lo elegante y sofisticado que es: parece un bailaor de flamenco con su ropa ajustada al cuerpo". Claro, las vecinas la miraban con cara de: "No, señora, eso no es un bailarín español, es una futura señora travesti" (se ríe). Pero bueno, ella me veía así y yo la amaba con locura.
-¿Sabía que vos querías dedicarte a la actuación?
-Sí, claro: creo que a ella fue a la primera a quien se lo conté. Un verano me llevó a Punta del Este y fuimos al Conrad: justo estaba Antonio Gasalla hospedado ahí y nos sacamos una foto que aún atesoro porque era nuestro gran ídolo. Después, cuando comencé a trabajar como actriz, pudo verme en la mesa de Mirtha Legrand, en la entrega de los Oscars y sé que disfrutó de cada uno de esos eventos como yo… ¡O más!
-Debés tener muchas anécdotas con ella….
-Miles pero, creo que uno de mis últimos y más conmovedores recuerdos fue verla llegar a mi casamiento -ya estaba muy viejita y deteriorada- con un anillo enorme y hermoso, muy fino (como era ella) de regalo y su carita de felicidad y entusiasmo por mi boda. Es algo que jamás podré olvidar. Creo que era un sueño para ella verme casada, enamorada y feliz.
Un amor que se transforma y evoluciona
-Estás separada de Nicol´s Giacobone -escritor y guionista- desde el 2019 pero el año pasado volvieron a convivir en pandemia… ¿Fue una pequeña reconciliación?
-No, no diría que fue eso pero sí tuvimos la necesidad, cuando comenzó la cuarentena, de estar juntos. Después, cuando pasaron algunos meses, yo preferí alquilar un departamento en el mismo edificio para ver qué pasaba con nosotros: queríamos tener cada uno su espacio pero, a la vez, seguir estando cerca. Además, nosotros tenemos un perrito que se llama Larry y es como nuestro hijo así que tratamos de que comparta la misma cantidad de tiempo con cada uno de nosotros.
-¿Y cómo está el vínculo entre ustedes hoy?
-Nosotros siempre vamos a ser familia y eso creo que los dos lo tenemos muy claro. Por eso, nos vemos todos los días, comemos juntos, compartimos mucho tiempo pero no sé si vamos a volver a ser pareja. A lo mejor estamos como deconstruyendo la relación: el amor no tiene porqué ser para todos igual, no debe ser un uniforme, creo que puede ir cambiando de formas, colores y texturas. Ay… ¡Que metafórica me puse! (Se ríe)
-¿Sería una historia de amor pero con otro formato?
-¿Por qué no? Me gusta el concepto. Es algo así. Yo siento que nosotros tuvimos una historia de amor maravillosa y ahora, tal vez, estamos viviendo otra, diferente, que seguramente va a ser tan especial e increíble como la anterior. A lo mejor con menos etiquetas: uno tiene el concepto de que, si está casado, tiene que convivir y dormir todas las noches en la misma cama con su pareja y, tal vez, no es así. Creo que las parejas también están deconstruyéndose y me parece interesante.
La maternidad y sus múltiples posibilidades
-Decís que tu perro Larry es como un hijo para vos y Nicolás… ¿Será hijo único o te gustaría que tenga un hermano?... Tal vez, humano
-(Se ríe) Nunca tuve el deseo de ser madre de un humano pero este año me aparecieron, de a poco, las ganas y me permití fantasear con la idea de ser mamá. Yo antes tenía la idea de que, una vez que tenías un hijo, la pareja perdía un poco la magia, el deseo, la seducción y el erotismo… Bueno, no te voy a mentir: sigo pensando eso porque lo veo en muchas parejas amigas. Pero este año, por primera vez, comencé a plantearme la idea de tener un hijo desde otro lugar: a lo mejor con una amiga o un amigo y no necesariamente con una pareja.
-¿Es sólo una fantasía o se lo planteaste, concretamente, a algún amigo?
-Lo hablé con una de mis mejores amigas y nos entusiasmamos con la idea, debo confesar. No es un proyecto para el futuro inmediato porque hoy estoy muy enfocada en mi carrera, súper ocupada, pero no lo descarto para más adelante.
-Esta semana fue el Día del Amigo… ¿Sos una persona que le da valor a la amistad?
-Sí, mucho. De hecho, me pongo muy sensible el 20 de julio. Yo tuve un gran amigo, Fernando, que fue la primera persona con la que puede hablar de mi orientación sexual, mi identidad y fue quien me bautizó Mariana: fue el primero en verme mujer. Era muy gracioso, ingenioso, un poco ácido y creo que era mi alma gemela. Lamentablemente, se fue muy joven y me costó mucho superar su pérdida. De hecho, cada vez pienso más seguido en él y eso que ya pasaron varios años desde que murió. Soy una persona muy amiguera: tengo diferentes grupos con los que me junto siempre y dos grandes amigas de la infancia que viven en Córdoba que son como mis hermanas.
Una ley reparadora y necesaria
-Antes hablábamos de la infancia trans, un tema que comenzó a visibilizarse recién en los últimos años. ¿Sabías que el influencer Santiago Maratea hizo una colecta para abrir una fundación que se dedica al tema?
-Sííí… ¡Me enteré! ¡Maratea es un genio total! De hecho, supe de la colecta cuando ya había reunido todo el dinero… ¡Y era muchísimo! Me hubiera gustado contactarme con él antes y decirle que contaba conmigo para lo que fuera necesario. Estos espacios de contención familiar son muy necesarios y lo he dicho en otras oportunidades: yo fui una niña trans y entiendo perfectamente que para mis padres haya sido difícil comprender lo que me pasaba. Es más -ahora que me permito pensar en tener un hijo algún día- pienso en lo desafiante que sería para mi tener una hija o un hijo trans.
-¿Y qué sentiste cuando se aprobó la ley de cupo laboral trans?
-Fue una gran alegría porque siento que se están haciendo muchos avances y confío en que se sancionarán más leyes como ésta. De hecho, el 21 de julio se otorgó el primer DNI no binario en la Argentina y también lo viví con mucho orgullo. Y no quiero politizar el tema porque esto no tiene que ver con ningún partido en particular: todos deberíamos estar de acuerdo en que las personas tengan derechos y ni siquiera deberíamos vivirlo como una conquista.
-¿Sentís que la sociedad está en deuda con las personas trans?
-Sin ninguna duda: lo está. No sólo con las personas trans, con toda la comunidad LGTB, que ha sido perseguida, discriminada y hasta asesinada durante siglos. Pero esta ley, de alguna forma, repara un poco todo ese daño porque las personas trans van a poder obtener un trabajo amparadas por el Estado. Me irrita un poco la gente que pida paciencia para que aquellos que no entienden o aceptan los derechos de las personas trans porque siento que no hay tiempo para eso. Es como si en 1853, cuando se abolió la esclavitud en nuestro país, le hubiéramos pedido paciencia a los esclavos con aquellos que no entendían que esta práctica pasaba a ser ilegal.
Mujer bonita made in Argentina
-Viviste años en Estados Unidos… ¿Te gustaría volver a instalarte alli?
-No volvería a vivir a Nueva York pero sí a Los Angeles. Es una posibilidad que me seduce mucho. La realidad es que yo sufro mucho el frío y viviría en un eterno verano, el plan perfecto sería: cuando llega el invierno a la Argentina me mudaría a Los Angeles o a Madrid -otra ciudad que amo- y regresaría a Buenos Aires en primavera (se ríe)
-Sabemos que bailaste con Mick Jagger en una fiesta y hasta intentó seducirte… ¿A qué estrella de Hollywood no te hubieras resistido?
-No, no, eso no lo sé. Yo soy súper cholula y tuve oportunidad de cruzarme con muchas grandes figuras pero, si tengo que decirte el nombre de una actriz que me quedé con ganas de conocer, no dudo: Julia Roberts. Yo soy su admiradora número 1, la adoro.
-Mujer bonita es una de tus películas favoritas…
-¡Lo es! Y sueño con hacer una versión en español de ese film: en la Argentina sería ideal. Pero bueno, es eso: un sueño.
-¿Sos una persona romántica?
-Sí, muy. A veces me cuesta admitirlo porque es como cursi, ¿no? Pero tengo que ser honesta, yo soy muy enamoradiza y te aclaro: me enamoro de todo. Me enamoro de amigos, compañeros de trabajo, de mis paseos en bicicleta… ¡Es mi forma de ser! Pero, por ejemplo, a la hora de una cita pongo el foco en otras cosas: me gustan los hombres cultos, inteligentes, con mucho sentido del humor y que les guste comer rico. No estoy pensando en que me esperen con un ramos de rosas rojas.
-O sea: tiene que invitarte a comer pero, no necesariamente, tiene que ser en una mesa con velas y música de violines
-Exacto. El encuentro tiene que ser más bien divertido y con cositas ricas, buena bebida y mucha risa. A lo mejor prefiero sentarme en una montaña, al aire libre y compartir un sándwich de salame.
Producción: Marité Rizzo
Fotos: Chris Beliera
Armado de tapa, gif y retoque digital: Gustavo Ramírez
Edición de videos: Cris Calvani
Maquillaje: @delavegamakeup con productos Maybelline. Peinado: Cristian Rey con productos GA.MA. Ropa: Sadaels, Natalia Antolón y Adidas. Agradecemos muy especialmente al hotel Gran Brizo donde se realizó esta nota