Santiago Maratea decidió cambiar de look el día anterior a la sesión de fotos del Book de la Semana y, claro, el equipo de Para Ti esperaba ansioso su llegada para conocer su nueva imagen. La transformación le sienta muy bien y él sonríe, amable, cuando todos coincidimos en señalárselo mientras asegura que no hubo una razón concreta que lo llevó a tomar esta decisión. "Bueno, no sé… Seguramente algo hay atrás de esta elección, un significado oculto: cuando uno hace un cambio tan drástico siempre es por algo. Debe estar en mi inconsciente", reflexiona mientras comienza a prepararse para las primeras tomas y el productor le indica cuáles son las referencias de la producción.
-Muchos te consideran el influencer del momento y también el más solidario.
-(Se ríe) Bueno, gracias. La realidad es que yo me involucro en muchos proyectos cuyo objetivo es ayudar a otras personas y con un enfoque social pero no todo lo que hice y hago tiene ese costado solidario.
-Te llaman el gladiador Gucci porque combinás la solidaridad con el gusto por los grandes diseñadores…
-Es que yo quiero derribar el mito de que, para ser empático, hay que vivir en la austeridad. Hay que ser bueno porque uno quiere serlo y lo es, no para mostrárselo a Dios. Hay gente que todavía piensa: "Soy bueno y Dios me vio: no importa si se enteró mi vecino". Bueno, Dios no existe y el vecino sí, entonces es mejor que el vecino sepa cómo actúas así se contagia, te copia y repite tus acciones.
-Siempre que empezás una colecta hay un momento en que la recaudación se estanca y a vos se te nota un poco desilusionado… ¿Cómo salís de esos momentos de bajón?
-Ya aprendí que en todas las colectas hay un momento de frustración en la que siento que no avanzo o que lo hago demasiado lento. Me pasó con Emmita y también en el caso de la fundación para la infancia trans pero es algo que hoy tengo contemplado porque entiendo que es imposible conseguir millones de pesos o dólares sin pasar por un mal momento. Mirá, yo lo comparo con correr: cuando lo hacés, tenés un objetivo, una meta a la cual llegar y sabés que, en el medio, vas a transitar varios momentos malos pero todos son pasajeros. Por ejemplo a mí, cuando corro distancias largas, me suele doler un hombro pero sigo, no paro, hasta que se me pasa la molestia. En las campañas solidarias ocurre lo mismo: es necesario que haya dificultades porque no puede ser simple juntar 2 millones de dólares. No sería normal.
-¿Pero llegás a pensar que no vas a lograr recaudar el dinero exacto y eso te angustia?
-¡Obvio que lo pienso! Suelen surgir problemas que no tuve en cuenta al comenzar, obstáculos inesperados y, cuando la colecta se estanca, entiendo que llegó el momento de reconfigurar la estrategia porque, algo de lo que planifiqué, no funciona y ahí siempre me planteo: "¿Lo lograré?". Pero esos son los momentos en que la gente más colabora porque entiende que mi trabajo no es un show, es real, y que podemos llegar a no cumplir con el objetivo. Siempre la gente activa más cuando me enojo o lloro, son hijos del rigor… ¡Malditos! Los amo. (Se ríe)
Trabajar enfocado
- Hiciste Generación Perdida durante dos años en Vorterix hasta que, en octubre del 2020, dejaste el programa… ¿Terminó bien tu relación con Mario Pergolini?
-¡Excelente! Mario es un número 1, tenemos un gran vínculo y siento que aprendí mucho de él. Es más, lo tengo como un referente y sigo recordando cosas que me dijo en su momento y, con el tiempo, van cobrando sentido. Admiro mucho algo en particular de su personalidad: es un chabón que está enfocado en el trabajo y jamás se distrae con giladas. Él piensa en cómo innovar, mejorar, crecer y no en pertenecer o tener la aprobación de cierto sector, de determinada gente. Si hay algo que me enseñó Pergolini es que el mundo es una mierda y uno tiene trabajar con respeto y sin perder el objetivo. Jamás creerte un distinto.
-¿Te gustaría trabajar en televisión?
-(Piensa unos segundos en silencio) Sí, me gustaría. Pero tendría que ser un formato que, tal vez, no es muy apto para la televisión abierta y sí más para una plataforma digital. De hecho, tengo algunas ideas y también recibí varias propuestas así que sólo se trata de encontrar el proyecto que encaje conmigo.
-¿Te imaginás formando parte de un programa de ficción?
-He tenido propuestas y nunca las descarto: siempre las analizo mucho porque me divierte la idea de interpretar un personaje. Sería un trabajo que no tendría que sostener con creatividad y estrategias y eso me tienta a full. Ojo, tengo claro que implicaría usar otra parte de mi cabeza… ¡No es que desmerezco la actuación! Sería súper difícil y me generaría presión pero una diferente a la que padezco actualmente. Me atrae y alivia la idea de que otra persona escriba el guión y no dependa de mi que el proyecto funcione.
El amor en sus múltiples formas
-Sé que no te gusta hablar noviazgos ni relaciones de pareja pero me veo en la obligación de preguntarte si, al menos, alguna vez estuviste enamorado.
-¡Obvio que me he enamorado! Pero lo que suelo aclarar es que una cosa es estar enamorado y otra, muy distinta, es tener una relación de pareja. Si me preguntás "¿Estás en pareja?", te voy a contestar: "Nunca". Pero si la duda es "¿Estás enamorado?", te respondo: "Siempre".
-¿Y cómo es el Maratea enamorado?
-Y… es una persona que interpreta cosas más lindas del mundo.
-¿Fantaseás con la idea de formar una familia o te parece el plan menos atractivo del mundo?
-No te puedo mentir: me parece súper aburrido. O sea, tener una familia tradicional -con mujer e hijos- se puede dar, no es que me resulte imposible imaginarlo. Lo poco interesante es experimentar ese formato tan tradicional que propone la historia desde hace siglos como la sagrada familia: María, José y Jesús. Es como el amor explicado a través de Adán y Eva, Romeo y Julieta, Don Quijote y Dulcinea… Como si la única forma de conocer el amor fuera través de una pareja… ¡Una gran mentira! Te aclaro que no es una cuestión de género, ¿eh? Casarme con un hombre y tener hijos me da el mismo cringe que casarme con una mujer. Me parece un esquema muy similar. Con todas las posibilidades que hay en este mundo… ¿Porque me voy a limitar a un formato que ya todos conocen?
-¿Tomaste alguna decisión en este último tiempo de la que te arrepientas?
-Sí, haberme comprado un robot que barre. Ojo, está bueno: te deja la casa limpia y lo uso todos los días. Pero ahora lo prendo, lo veo en funcionamiento y digo: ¿Era necesario comprar un objeto para esta tarea tan simple? ¡Dale! ¿En serio? Es como el robot que te bate la chocolatada: ¡Batitela vos!
Un deseo cumplido
-Tu mamá se suicidó en agosto del 2019. En PH contaste que respetás su decisión sin cuestionarla pero que te gustaría volver a charlar con ella… ¿Qué pensás que opinaría ella de tu trabajo hoy?
-A ella le gustaba mucho mi trabajo aunque no lo terminaba de entender pero siempre apoyaba. A veces se ponía triste cuando me puteaban en redes y me pedía que me expusiera menos pero, en definitiva, estaba contenta porque había cumplido con mi objetivo: yo alguna vez me prometí ser famoso y hacer algo diferente con esa popularidad y lo logré. Por suerte, ella llegó a ver que mi sueño se había hecho realidad.
-¿Creés que estaría orgullosa de vos?
-Lo estaba. Eso me lo llegó a decir.
Fotos: Alejandro Carra
Edición de los videos: Cristian Calvani.
Estilismo: Ale García @alegarcia360
Maquillaje: @elyflecha.mkp para @sebastiancorreaestudio con productos @givenchybeauty
Peinados: @elyflecha.mkp para @sebastiancorreaestudio con productos @schwarzkopfpro.arg
Ropa: @lacoste, @roparevolver y @terriblenfant
Agradecemos especialmente al @nhcollection.ame Buenos Aires Centro Histórico y la suite presidencial donde se realizaron las fotos