Para la periodista Cata de Elía, la felicidad por el nacimiento de su hija Matilde está intrínsecamente ligada a una profunda tristeza. Su embarazo gemelar tomó un giro inesperado cuando una de sus bebas, Margarita, murió en su vientre en diciembre. Desde entonces, vivió en una constante dualidad de emociones: la inmensa alegría por la vitalidad de Matilde y el dolor inabarcable por la ausencia de Margarita.
En sus propias palabras, Cata describió este momento agridulce el pasado 10 de marzo, un mes antes de su parto: "Hace días que tengo mariposas en la panza y un nudo en la garganta. Los días de este reposo se hacen eternos. Sin dudas, el parto será el momento más importante de mi vida: el más feliz y también el más triste. La vida y la muerte. La bienvenida y la despedida. Todo conviviendo dentro de un mismo cuerpo, mi cuerpo, durante estos meses".
El 19 de diciembre del año pasado, ella lo anunció en sus redes: "Perdí a Margarita, una de mis dos bebitas, y desde entonces todo quedó suspendido, como en blanco y negro".
"Hija, que solo conociste mi vientre, mi voz, mis risas, mis llantos, mis nervios, mis miedos, mis alegrías, mis ansiedades, la voz de tu padre, los ladridos de los perros y el cuerpo y el calor de tu hermana, hoy me toca despedirte", compartió.
"No estaba preparada para este golpe. ¿Quién lo está? ¿A quién se le ocurre semejante crueldad? No hay nada que pueda consolarme. No habrá consuelo nunca. Quiero gritarlo, para que nadie intente hacerlo. No quiero que nadie me pregunte, que nadie me diga nada. Es imposible. La vida me separa de vos y ahora solo pienso en cómo se vive con semejante ausencia. Si hubiera podido, habría cambiado mi vida sana en este mundo por dártela a vos", fueron las palabras que le dedicó a su gemela.
Dolor y felicidad
Este 7 de abril, nació Matilde Beis de Elía por cesárea."Es chiquitita, valiente y la más linda del universo", fueron las palabras que la periodista eligió para definirla.
"Después de tantas dificultades, llegó ella. Todavía no caigo. Me explota el corazón. No puedo creer que de mi cuerpo, y del amor con Nico, haya salido esta belleza", compartió.
Su esperanza se centra en Matilde. Y aunque el dolor por Margarita siempre, el nacimiento de Matilde representa una nueva etapa, llena de amor y la promesa de una vida feliz para su hija.
Su historia es un testimonio conmovedor de la fuerza del amor maternal frente a la pérdida y la esperanza inquebrantable por el futuro.
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