Como nunca se la ha visto, Cecilia Bolocco dio una extensa y emotiva entrevista en el programa chileno De tú a tú, espacio de entrevistas del 13 con Martín Cárcamo, donde habló de todo. Lo más conmovedor fue cuando habló de su experiencia con la enfermedad de Máximo, el hijo que tuvo con el expresidente Carlos Menem. Tenía 14 años cuando le diagnosticaron un tumor cerebral y le dijeron que le quedaban dos años de vida.
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En su casa, la presentadora de televisión recordó el momento más difícil de su vida: "Todas las mañanas él me decía que le dolía la cabeza. Yo pensé que era porque no quería ir al colegio. Volvía perfecto del colegio, por eso no le hacía mucho caso", comienza contando.
"Ese día me dice "Mamá me duele la cabeza aquí, detrás de los ojos". Ya había terminado el año académico, él estaba mal, había tenido una situación muy dura en Argentina y no estaba bien Máximo. Le dije "mi amor, andá y date un baño". Al rato volvió y me dije "mamá, vomité". Yo tenía una sesión de fotos y lo mandé a la clínica con el chofer.
Cecilia siguió contando que la doctora le dijo por teléfono que Máximo estaba perfecto, pero ella insistió con que lo viera un neurólogo. "Estaba en plena sesión de fotos y me llaman... Me dicen le hicimos un escaner a tu hijo y no salió bien. Pregunté qué significaba eso y me dijeron "Tiene un tumor cerebral"".
Cuando llegó a la clínica a Máximo lo estaban trasladando a la Unidad de Terapia Intensiva. "Lo vi muy asustado a Máximo y me hizo tomar una postura de aquí no pasa nada. Esas 8 horas fueron las más largas de mi vida", dice refiriéndose al momento de la cirugía de su hijo."Solo recuerdo que recé ocho horas de rodillas y pedí que lo acompañaran, que lo cuidaran, que se hiciera todo con una mano divina y gracias a Dios todo salió bien y se recuperó muy rápido".
Bolocco comentó que cuando le dieron el resultado de la biopsia, ella le hizo a los médicos las preguntas más duras: "Yo no sabía que tenía tanta fuerza. Cada respuesta era más dramática que la otra... Hice todas las preguntas: las posibilidades de sobrevida, las secuelas y cada respuesta era peor que la otra. Ahí dije: ‘¿Me dan un segundo, por favor?’ Es como que exploté en llanto”.
Así hablaba Cecilia Bolocco luego de la cirugía de Máximo:
Los médicos le dijeron que a Máximo le quedaban dos años de vida. Cecilia contó que cuando regresaron a la casa tras la cirugía, su hijo se metió en su cama y ella sentía muchas ganas de llorar: "Me había explotado el corazón. Tenía miedo. Una angustia tan grande. Recuerdo que salí a la terraza y lloré como nunca en mi vida. Recordé lo que me decía la doctora: ‘Dos años, le quedan dos años’. Y entonces me dije "Cecilia, lo que quede de tiempo tienes que disfrutarlo como lo más valioso que es. No despediciar ni un instante de vida. No recuerdo haber llorado de nuevo", confesó.
"Ella asegura que aquella noche murió la Cecilia que era para dar nacimiento a una nueva. "Nació esta nueva Cecilia que me enseñó a ser feliz. Leíamos juntos, rezábamos, nos disfrazábamos, invitábamos a casa a los otros niños del hospital- dos de ellos ya no están-. Fue un proceso muy lindo. Agradezco a Dios que esa Cecilia haya muerto aquella noche y supe gozarlo. La tentación de dejarte llevar por ese dolor y esa angustia te puede robar lo más valioso que tienes que es gozar de lo que amas", señaló.
Máximo inició el tratamiento de quimioterapia, en una semana bajó 7 kilos, perdió el pelo y volvió a ser mi bebé. Dios me dio la oportunidad de ser una mamá tierna y cariñosa. Muchas veces me dije por qué no hice esto o lo otro... Hay que amar a los niños, hay que abrazarlos, acariciarlos, decirles cuánto los amamos", aconseja.
Cuando el chico de 17 años finalmente inició su recuperación, Bolocco recordó que los médicos no le ofrecían un buen panorama: “Lo más probable es que tuviera graves secuelas: problemas auditivos, motrices, que perdiera parte de la visión, trastornos hepáticos, cardíacos o renales. Y Máximo no tiene una sola secuela”.
Máximo fue tratado con una máquina de protones, que no hay en Chile. Cecilia y su hijo se instalaron en Memphis, Estados Unidos, para hacer este tratamiento. Ella explica cuál es la diferencia entre la máquina de fotones y de protones: "Él fue tratado con esa máquina y no tiene ninguna secuela. Porque no daña el tejido sano. Ataca lo que tiene que atacar a diferencia de la de fotones que deja secuelas". Comentó que a Máximo hay que hacerle controles cada tres meses pero que está sano.
"El fue el niño más valiente y más maravilloso que he conocido en mi vida", dice con orgullo de su hijo. "Nunca dejó de sonreír. Es muy especial".
Hoy Máximo está recuperado pero la experiencia que vivió con su enfermerdad, llevó a Cecilia Bolocco a crear la Fundación Care dedicada al cáncer infantil y para ayudar a las familias que tienen un diagnóstico oncológico para que sepan cómo manejarse y qué hacer.