La colección Alta Costura Otoño-Invierno 2023/24 de Virginie Viard, hecha de contrastes y equilibrio, es el retrato de una parisina sensible pero audaz. Su encanto singular y muchas veces indefinible radica precisamente en su gusto por subvertir el academicismo y reunir lo que tantas veces se separa, clasifica y jerarquiza por conveniencia. "Jugar con los opuestos y los contrastes, con la despreocupación y la elegancia, es como estar en una línea entre la fuerza y la delicadeza, que, en CHANEL, es lo que llamamos encanto", explica la diseñadora.
Lo que viste la parisina, lo que lee y piensa, su misma actitud ante la vida, es inspeccionado y estudiado de cerca. En todo el mundo, por oposición o por imitación, da un ejemplo que nutre a los demás. A través del cine, la literatura y la música, su encanto viaja de colección en colección. Aquí, el ensamblaje de tweeds, gasas de seda, organzas y encajes taraceados, la composición de estampas florales y gráficos, dan testimonio de la efervescencia de un universo crea vo rico y femenino.
"Si estamos en París", agrega, “y este yo, estamos en el mismo París, en el muelle. La calle y los coloridos adoquines exigen tanto sofisticación como sencillez”. Imaginar un desfile de Alta Costura a orillas del Sena, con Vanessa Paradis como encarnación del encanto parisino, es como un viaje a través de un mundo de imágenes y emociones, de permanencia y belleza.
Símbolo de la energía crea va que fluye por la ciudad, su río, romántico y tumultuoso, abierto al mundo, serpentea por los puntos calientes de la historia del arte. La cesta de frutas, un motivo querido por el arte de la pintura, se hace eco de la canasta de mimbre favorita de la parisina de la década de 1970, mientras que delicadas flores y frutas silvestres, fresas y moras, florecen sobre el bordado.
Abrigos largos de inspiración masculina, blusas diáfanas ceñidas con cinturones sobre faldas de tweed dorado con pliegues planos, tops de tirantes preciosos, pantalones y chalecos de hombre de raya diplomática, un vestido largo de gasa negra de infinita ligereza, gafas pintadas y merceditas bicolor: la la colección juega con los códigos de la maison francesa, rigor y asimetría, colores discretos y matices vibrantes, seguridad y discreción. “Transmitiendo emociones, reuniendo los elementos más inverosímiles, haciendo las cosas a tu manera, simplemente soñando”, concluye la diseñadora.