El corrector de ojeras es un elemento esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel, especialmente cuando buscamos combatir los signos de cansancio y rejuvenecer nuestra mirada. En esta guía completa, te contamos todos los consejos de expertos para que puedas elegir el más adecuado y lograr un maquillaje fresco y luminoso.
La zona alrededor de los ojos es una de las más delicadas de nuestra cara y, por lo tanto, requiere cuidados especiales. Acá es donde suelen aparecer los primeros signos de cansancio, como ojeras, bolsas e incluso líneas finas y arrugas. Utilizar un corrector de ojeras específicamente formulado con ingredientes clave puede marcar la diferencia en la apariencia y salud de nuestra piel.
Para lograr resultados mejores, es importante seguir una rutina de skincare completa previa al maquillaje. Esto incluye no solo la aplicación de un contorno de ojos, sino también una limpieza suave para eliminar impurezas, la aplicación de crema con movimientos delicados y el uso de protector solar para proteger esta área tan sensible. Además, cuidar aspectos internos como el descanso y una alimentación saludable también contribuye significativamente a una mirada más fresca y descansada.
A la hora de elegir un corrector de ojeras, es fundamental prestar atención a los activos presentes en la fórmula. Ingredientes como el ácido hialurónico para la hidratación, la vitamina C para la luminosidad, el retinol para estimular el colágeno y reducir arrugas, la cafeína para reducir la hinchazón y los péptidos para fortalecer la piel son altamente recomendados. También se destaca la vitamina K por su capacidad para reducir la apariencia de ojeras.
Las claves
¿Estás usando el mismo corrector para disimular ojeras y para cubrir imperfecciones y granitos? ¡Error! La piel bajo los ojos es más fina y delicada, lo que significa que usar el mismo producto podría verse mal. Además, los correctores para imperfecciones suelen tener ingredientes astringentes para controlar el exceso de grasa y sudor, algo que no es ideal para la piel sensible de las ojeras.
Otro punto clave es la forma de utilizar el corrector, ya que es un producto que se debe aplicar de forma localizada. Por lo general, se aplica después de la base, que suele cubrir muchas imperfecciones y no es necesario sobrecargar la piel.
Es clave no excederse al aplicar el corrector. No es necesario aplicarlo en áreas extensas, sino únicamente donde se encuentre la imperfección que queremos cubrir. Aplicar el corrector en todo el contorno de ojos, por ejemplo, no tiene sentido si las ojeras están concentradas justo debajo del lagrimal. Esto solo va a crear una sobrecarga de producto en esa zona, y que la ojera sea más evidente, aunque esté más clara.
Según tu tipo de piel
Pero además de todos estos tips, hay un punto fundamental que tener en cuenta, y es tu tipo de piel. Estas son las recomendaciones de los expertos para cada una:
- Para pieles grasas, se recomiendan correctores libres de aceites, de acabado mate y duraderos, debido a que la grasa de la piel puede afectar la duración del maquillaje.
- Las pieles secas se benefician de correctores que brinden hidratación y suavidad, preferiblemente con ingredientes como ácido hialurónico o antiage, incluso si la piel es joven.
- Si tenés piel seca y ojeras marcadas, se aconseja usar un corrector ligero y cremoso que no se agriete y permanezca intacto durante todo el día.
El tono correcto
Elegir el tono adecuado del corrector es tan importante como encontrar el tono exacto de la base de maquillaje. Para cubrir imperfecciones, iluminar o equilibrar el tono, debemos considerar lo siguiente:
El tono ideal es uno más claro que el de la base, proporcionando un efecto luminoso y radiante mientras corrige las ojeras. Para ojeras azules o violáceas, se recomienda un tono ligeramente rosado, mientras que para ojeras marrones, uno ligeramente amarillo es más adecuado.
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