Este año 2023, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en Argentina nos encuentra con la ley 27.736 (Ley Olimpia) que incorpora la violencia contra las mujeres en entornos digitales a la Ley 26.485 como otra forma de violencia contra las mujeres.
Es que la violencia digital no se encuentra desconectada de la violencia que se registra “fuera de internet”: Es una expresión dinámica de la violencia, facilitada o reconfigurada por las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), causando daño, padecimientos y sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales y hasta económicos, con efectos familiares y sociales hacia la mujer agredida.
Y, sin dudas, es parte de las formas múltiples, interrelacionadas y recurrentes de violencia contra las mujeres y niñas que desde hace tiempo fluye tanto en el mundo on-line como en el mundo off-line.
Es indispensable tener en cuenta que la violencia ejercida a través de los medios digitales impacta en la vida real, es real y causa efectos que han llegado incluso a inducir a la muerte a mujeres de todas las edades y en todas partes del mundo.
En la actualidad, se expone a diario la vida privada en redes. De manera consciente o inconsciente, así se interactúa en este ámbito sin conocer realmente el alcance de la información compartida, muchas veces con usuarios desconocidos en el mundo físico, el mundo real..
Ya en el año 2015, un estudio publicado por las Naciones Unidas, informaba que el 73% de las mujeres habían vivido alguna forma de violencia de género en línea, mientras que el 61% de los atacantes eran hombres.
Estos porcentajes, se acrecentaron considerablemente durante el confinamiento por la pandemia, y datos oficiales indican que cerca del 50% de las mujeres ha padecido algún tipo de violencia de género digital.
En términos específicos, se considera violencia de género digital a toda manifestación de violencia indiscriminada, como así también magnificada por el uso de las nuevas tecnologías e internet, que provoca el impedimento en el goce de derechos y libertades de las víctimas.
Afecta la integridad y la dignidad de las personas, por tal motivo es considerado un acto abarcado por el Derecho.
Los mensajes violentos que circulan a través de las redes sociales, o los correos electrónicos, suelen ser reiterados. Su finalidad es dominar a la víctima, influir en ella. También es común que el agresor se presente en forma anónima, puede ser una persona conocida del entorno o una ex pareja.
El entorno cercano de las mujeres afectadas debe tener especial atención. Hoy se sabe que es muy común que la persona agredida se responsabilice a sí misma por estas acciones y se retire de los espacios digitales.
También es real que pueden ser re victimizadas por familiares, amistades, autoridades y medios de comunicación, que con frecuencia les atribuyen la responsabilidad de protegerse, en lugar de remarcar y destacar que la conducta ilícita es de los agresores.
Si seguimos cuestionando a la víctima y no al agresor, como sociedad normalizamos y minimizamos este tipo de violencia.
¿Qué hacer ante una situación de violencia digital?
En primer lugar, es muy importante preservar la evidencia digital. Y siempre recordar que nadie puede echarte la culpa. La culpa no es tuya.. No te avergüences. Buscá apoyo. No estás sola.
Es necesario asesorarse. La evidencia digital es muy volátil, por eso se recomienda no borrar la información, no reenviar a nadie los datos recibidos, y no bloquear al victimario. Estas medidas pueden parecer contrarias a lo que una mujer haría en el momento de recibir estas agresiones, pero resulta necesario tenerlas presentes para hacer una denuncia y judicializar el caso.
Es importante también realizar capturas de pantalla de toda información relacionada: comentarios, imágenes, posteos, mensajes, correos electrónicos, números telefónicos, etc., y resguardarlas para que el agresor no tenga acceso a la evidencia y pueda alterarla.
En caso de que existan, guardar todas las URL de los contenidos dañinos que se hayan subido a la red. Los expertos aconsejan incluso almacenar esta información en otro dispositivo. Es que la integridad de la información es vital para poder seguir adelante con las causas judiciales que se inicien.
Se recomienda no denunciar el perfil del agresor en la plataforma digital, porque se corre el riesgo de perder valiosa información para la investigación judicial. Es necesario hacer todo lo posible para ignorar los mensajes, comentarios o llamadas, hasta hacer la denuncia penal.
Todo esto puede ser complejo para las víctimas, que pueden sentirse abatidas y desoladas ante esta situación y su primer instinto es eliminar todo. Pero es importante saber que para que el agresor no siga con esta conducta, con la agredida o con otras mujeres, lo mejor siempre es denunciarlo a las autoridades y que su accionar tenga consecuencias legales.
¡Recurri a las autoridades, hace la denuncia! Sabemos que la violencia es un fenómeno complejo y diverso, por eso es fundamental que consultes a la policía y fiscalías especializadas en tratar conductas delictivas que podrán escucharte y a partir de ello identificar riesgos a los que podés estar expuesta y adoptar medidas de protección adecuada para el caso, dado que la violencia digital puede estar acompañada de otros tipos de violencia.
Fuente: Laura Altamiranda, Jueza del Tribunal Oral Criminal Número 6 del Departamento Judicial Lomas de Zamora
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