El rey Carlos III se prepara para su coronación y fuentes del Palacio de Buckingham anticiparon que adaptarán una histórica corona para ese día tan esperado.
Se trata de la corona de San Eduardo, la pieza central de las joyas de la Corona británica y que fue retirada de la Torre de Londres para ser modificada. Esto, en vista de la ceremonia de coronación que será el 6 de mayo de 2023 en la Abadía de Westminster.
Con esto, Carlos cambia una tradición que data desde 1938, cuando la reina Victoria reemplazó la tiara San Eduardo por la Imperial, dado que resultaba demasiado pesada.
Cómo es la corona San Eduardo
La pieza está realizada en oro macizo, con incrustaciones de rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas.
Tiene un casquete de terciopelo púrpura con una banda de armiño y mide poco más de 30 centímetros.
En los próximos meses será sometida a “trabajos de modificación” para adaptarla a las medidas de Carlos III,.
Hasta hace algunas semanas, la joya era uno de los principales atractivos de la colección de joyas de la Corona, expuesta en la Torre de Londres, que atrae a más de un millón de visitantes al año.
Datos curiosos de la corona San Eduardo
La corona San Eduardo era la que tradicionalmente se utilizaba para las coronaciones. En 1938, antes de su coronación, la reina Victoria dispuso reemplazarla, ya que era demasiado pesada (más de 2 kilos).
Es por eso que la monarca mandó a realizar otra que igual de esplendorosa, pero más cómoda. Así fue que surgió la Imperial State Crown o Corona Imperial.
Es otra de las más importantes joyas de la corona británica, confeccionada con numerosas y antiguas piezas, algunas especialmente simbólicas. Es una corona real cerrada por cuatro diademas y se compone de 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y 5 rubíes. Tiene una altura de 31,50 cm y pesa, aproximadamente, 900 gramos, menos de la mitad de su antecesora.