Podemos transformarnos y aprender también desde el gozo y la inspiración, es lo que dice Joe Dispenza, especialista en Neurociencias. Estuve en una práctica de Dafne Schilling y no pude evitar acercarme al finalizarla. Me abrazó, sonrió y me tomó de la mano. Lo hizo con cada persona que se le acercaba. Es que Dafne es pura bondad. Se siente, se cuela su energía transformadora por cada vértebra hasta llegar a tu corazón.
-¿Cómo se denomina lo que hacés?
-Lo que hago se llama Intención en Movimiento y es una práctica. Lo creé a partir de muchos años de estudio y formación en áreas tanto artísticas como espirituales. Es una clase que está pensada para vincularse con el cuerpo y amarlo y aceptarlo tal como es. Siempre digo que las prácticas son espacios libres de juicio donde nos encontramos para celebrarnos. Se crea el espacio para liberar al ser y creo que, cuando podemos estar 100 por ciento presentes en la acción, es cuando mejor nos sentimos. Se pierde el sentido de tiempo y espacio y, finalmente, logramos estar en suspensión. Un rato. Ahí nos sentimos fluir y, cuando eso ocurre, sucede la magia y la felicidad. No pasa siempre, pero, cuando pasa, no se olvida.
No lo olvido. Esas personas desconocidas (entre las que estaba yo) bailando, abrazándose, jugando, liberando. Algunas se reían, otras lloraban o se desahogaban en un grito.
-¿Cómo se abrió ese camino que ahora es tu modo de vida (si es que puede llamarse así)?
-La fusión de todo lo que he aprendido en mi vida me dio la posibilidad de generar espacios libres de juicio donde las personas se puedan conectar con sus emociones a través del movimiento, del auto descubrimiento, de la auto exploración. Se desarrolla a nivel corporal personal y, también, conectando con otros. Con esta herramienta podemos liberar nuestras emociones. Llevo 15 años en este camino, creo que siempre estuvo presente porque me crié en Córdoba (una provincia argentina) y estuve muy conectada con la naturaleza, la espiritualidad, de manera constante.
-¿Alguien de tu familia quizá hizo que conectaras aún más?
-Mi madre, es astróloga. Me llevaba a los cerros a conectar con los duendes y todo el universo esotérico. Yo me reía mucho. Ella estaba enlazada con otras vidas, otras energías y yo no entendía- por eso me causaba gracia.
-¿De chiquita, qué recordás?
-Bailo desde los 7 años, estaba muy ligada al arte en general: el teatro, el ballet, la música.
Mi madre fue esa gran expansora de los mundos imaginarios. Mi padre también, ya que le gustaba mucho la música así que siempre me impulsó a que tocara instrumentos. Recuerdo que, por las tardes, armábamos nuestra banda de música y cantábamos. Se tocaba la guitarra. Momentos muy especiales que guardo en mi corazón.
-¿La espiritualidad está de moda?
-Creo que sí y hace muchísimos años. Está bueno que así sea porque eso abre la posibilidad a mucho conocimiento, aprendizaje. Por más que cada uno tiene su camino en el desarrollo personal, cuando aparecen estas herramientas - con un buen uso y con consciencia- siempre sirve. Con una mal uso o abuso de herramientas o sin mucha conexión o no siendo bien guiado puede ser que el camino sea más difícil. Hay que escuchar el corazón y saber para donde tenemos que ir. Hay que ir buscando lugares seguros.
-¿Quiénes van a tus prácticas?
-Al comienzo estaban enfocadas en el público femenino ya que me gusta mucho trabajar con mujeres y, hoy en día, hay cada vez más hombres que se animan a participar y son bienvenidos.
- ¿Tenés un objetivo, varios o ninguno?
-Tengo muchos objetivos en mi vida, soy muy Capricorniana. Me pongo metas todo el tiempo. Hoy por hoy es seguir generando espacios de conexión, de valoración, ceremonias a las cuales las personas puedan ir y realmente conectarse y divertirse. También elevar su frecuencia y sentir que está bien ser quienes son. A mí me vuelve loca ese concepto de que la espiritualidad y el desarrollo personal NO sean una exigencia más ni un drama constante. Deseo que sea un espacio para el encuentro y para la celebración de la vida.
-¿El exceso de positivismo nos habla de lo contrario? Digo, esa gente que está siempre feliz y con una sonrisa…
-Mi primer libro " Doce Estaciones del Alma" tiene una bajada que dice " No se trata de ser felices todo el tiempo, sino de ser nosotras mismas". Es mi filosofía también. Para mí no existen los 10 pasos para la felicidad o las 5 formas de sentirte más contenta. No creo en los métodos. Cada ser humano es muy distinto y existe una medicina para cada uno. Nuestro trabajo de auto conocimiento es encontrar cuál es nuestra medicina. Sí creo que la sensación de felicidad y alegría es algo que debe cultivarse y algo que tenemos que perseguir amablemente. Es lo que todos buscamos, es la razón de la vida.
-La alegría, ¿decís?
-Sí, podés ser feliz aún con miedo, con vergüenza, con dificultades. Lo que es erróneo en estos textos de los 5 pasos para ser feliz, etc. es que hablan de que existe una negación a ser feliz. Yo estoy convencida de que es una actitud del alma.
-¿Cómo está formada tu familia?
-Mi familia son mi hijo y mi marido, Nico. Viajo para todos lados con ellos. Vamos creando las experiencias en conjunto y buscamos, realmente, elevar la consciencia y la vibración- no desde un lugar de maestros sino desde una búsqueda personal -. Es lo que queremos para nosotros también.
-¿Hay algún lugar que te haya llegado más que otros?
-Dimos un retiro en Tulum el año pasado. Fue maravilloso. Hace ya 15 años que estoy en la docencia y la guía y 10 que hacemos retiros. Fue muy conmovedor, trascendental. De eso se trata, de encontrar gente que te acompañe en el camino y que se vayan sumando.
-¿A vos qué te pasa? ¿Cómo fue cambiando ese sentir con el tiempo?
-Me siento feliz y agradecida. Me gusta mucho reencontrarme con gente que ya ha ido a una práctica mía o a un retiro. Nos vemos en diferentes lugares y esas personas traen a otras y es muy lindo. Me pasa mucho. Cada vez es más emotivo, más alegre y me reafirma en mi camino espiritual. Se genera una hermosa familia del movimiento. Creo que hay una medicina tremenda en conocer el cuerpo, en explorar nuestros rincones secretos.
-¿Los encuentros son siempre al aire libre?
-Son al aire libre, con tambores (estoy dando una en Montevideo con tambores), música, utilizo la energía del lugar ya que voy a diferentes partes el mundo y viene gente de todas las nacionalidades. Es muy lindo compartir y conocer otras culturas, cada una trae su historia e identidad.
-Escribiste dos libros, ¿de qué tratan?
-Sí, son “Doce Estaciones del Alma” y "Despertá tu Magia " y en ambos hablo de mis propias experiencias y anécdotas para representar lo que nos pasa a todos. Yo no estoy fuera sino dentro del mismo círculo. La diferencia es que lo he transitado y elegí este camino. Cuento como el movimiento, la meditación y el yoga son claves para ir trascendiendo ciertos dolores. Ahora en mayo sale mi tercer libro.
-Hay un libro llamado" El Cuerpo Tiene Sus Razones" que se trata de escucharlo. ¿Eso se relaciona con lo que hacés?
-Cuando ponemos el cuerpo en movimiento y nos unimos entre todos y nos conectamos con el presente, sentimos la sincronía de realizar ese movimiento todos juntos, respirar todos juntos. Y, de repente, se sincronizan los corazones. No es una cuestión de fe, es un tema de práctica, de ciencia. Simplemente sucede. Las neurociencias cada vez comprueban más como se sincronizan los corazones cuando se encuentran y bailamos. Es maravilloso cuando la ciencia comprueba el poder sanador del movimiento.
¿Por qué creés que nos enfermamos?
-Puedo hablar de sanar, para mi sanar es devolverle los circuitos energéticos al cuerpo. A veces entramos en procesos muy largos echando culpas al pasado y, obvio, cada uno viene y nace con una historia, cultura e identidad. No todo lo que somos es culpa nuestra ni necesita ser sanado y atravesado. A veces sí, otras no. El trabajo personal requiere de una gran humildad, es reconocer que hay algo que viene con nosotros y que podemos decidir con qué continuamos o transformamos, qué perspectivas podemos incluir, agrandar y así ensanchar las fronteras del corazón y la mente. Así lo digo yo siempre.
-¿Ves cosas en el movimiento de los otros? ¿Qué haces con lo que ves?
-Veo como los cuerpos llegan de una manera, veo las diferentes personalidades e identidades y me pregunto cómo va a hacer esa persona para liberarse, para dejar la mente de lado. Lo más importante para mí es poder estar conectada conmigo porque es ahí cuando la gente se entrega y la energía se transforma. Es muy lindo ser partícipe de esas transformaciones; la gente llega de una manera y se va de otra. Hay un universo detrás de Intención en Movimiento y detrás de Dafne. Hoy por hoy las neurociencias ya hablan de la manifestación del movimiento y de la unión de las almas como proceso de sanación.
Mi ser está pleno de ilusión. Gracias, aprendí un montón.
Fuente: María Cabeza, escritora y periodista (@mariacabezawriter)