Mariana Fabbiani y Gastón Portal estuvieron juntos durante diez años, entre 1995 y 2005. Tras 8 años de noviazgo, se comprometieron, se fueron a vivir juntos y se casaron. Pero, después dos años de matrimonio, llegó la separación. Fue en 2005 y, sin dudas, una dura experiencia para ambos.
Cómo nació el amor entre Mariana Fabbiani y Gastón Portal
Se conocieron cuando, a mediados de los noventa, Raúl Portal la había elegido como coequiper para su exitoso ciclo PNP (Perdona Nuestros Pecados), que emitía El Trece, del que Gastón era el productor. En ese contexto ambos se fueron conociendo y acercando, hasta iniciar una relación amorosa.
La relación fue creciendo y surgió la convivencia, hasta que en 2002 Gastón le propuso casamiento, el mismo día en el que cumplía los años (el 24 de abril).
Después de 8 años de noviazgo decidieron dar el gran paso y, en marzo de 2003, se casaron por civil y por iglesia.
El fin de la relación
Siendo dos personas del medio, mucho antes de que reconocieran públicamente su ruptura, corrían rumores de que las cosas no estaban bien entre ambos. La sospecha de una crisis en la relación se reafirmó cuando las autoridades de El Trece anunciaron que la conductora no sería parte de la nueva edición de El ojo cítrico, el ciclo que hasta ese momento conducía, confirmando que en su lugar estaría Pamela David.
Mariana, por su parte, preparaba un magazine en América, siendo uno de los pases televisivos del año. Así fueron las cosas, con gran hermetismo de ambas partes para referirse al tema públicamente.
Recién un año después, en 2006, Mariana daba una entrevista a Infobae en la que hacía mención por primera vez al episodio: reveló que la separación fue "una decisión muy charlada y pensada. Tuvimos la posibilidad de elegir de nuevo, nos miramos y nos dimos cuenta de que no estábamos viviendo lo que habíamos soñado y que no era tarde para rearmar nuestras vidas".
Además, con respecto a que su matrimonio tuvo solamente dos años de duración, dijo: "Con Gastón bromeábamos que evidentemente el casamiento trae problemas. No me arrepiento de nada, fue el amor más grande de mi vida y la relación merecía una boda. Prefiero mil veces haber tomado la decisión de distanciarnos a los dos años de matrimonio y no haber llegado a los veinte de soportarnos”.