"Era incompatible con la vida", aseguró la periodista argentina Mina Bonino en su cuenta de Instagram donde hace unos días reveló la pesadilla que vivió junto a su marido el futbolista Fede Valverde. Embarazada de su segundo hijo, un estudio fetal dio mal y temieron lo peor. Hoy, con la seguridad de que el bebé que espera está sano, celebraron a pleno el cumpleaños de Benicio, su primer hijo.
Con temática de Mickey Mouse "explorador", globos y una deco selvática, Benicio festejó sus 3 años con una mega fiesta. Mina compartió las fotos de la fiesta a su cuenta de Instagram. Mickey y Minie bailaron con los más chicos. Hubo hamburguesas y pochoclos, pero con agua mineral en lugar de gaseosa. Además, unas mochilas divinas de Disney como souvenir, y la presencia de una figura internacional del fútbol que atajó penales. Se trató de Thibaut Curtois, el goleador del Real Madrid y de la selección de Bélgica.
Una pesadilla que duró tres semanas
Atrás quedó la angustia y el "duelo" que vivieron días atrás, Bonino y Valverde. Ella está embarazada de 21 semanas y unas semanas atrás, los estudios prenatales dieron mal. "Hace poco salió una noticia de que había perdido un embarazo. No fui capaz de desmentirlo, porque era lo que creíamos que sucedería. Era incompatible con la vida. Nos preparamos durante un mes para lo peor. Como el embarazo estaba muy avanzado teníamos que confirmarlo con la prueba. Y después de haber llorado un mes entero, de haber hecho un duelo, mientras tenía en la panza a mi segundo hijo, ayer nos llegó la noticia menos pensada: El bebé está bien. Todo es normal. Todavía no lo procesamos, fue un mes muy difícil y esto es empezar de nuevo. Gracias!", contó ella en su cuenta de Instagram.
"A la semana 13 de gestación me hice un ADN fetal para saber el sexo del bebé, porque las ecografías y el screening había dado muy bien entonces en ese sentido me quedé tranquila", ahí se enteró que espera otro varón. "Para sorpresa mía y de todos los médicos el ADN fetal arrojó una trisomía incompatible con la vida. Casi no hay casos clínicos de la trisomía 3, por eso pensaron que se trataba de un error, ya que al ser tan incompatible suelen abortarse espontáneamente antes de la octava semana. Volví a repetirlo y otra vez volvió a salir lo mismo. El ADN fetal tiene un 99% de eficacia. En casos muy puntuales suele haber un ‘falso positivo’ o un mínimo margen de error", explicó.
"Ahí empezó un poco la pesadilla porque el pronóstico era muy malo, pero sí o sí teníamos que confirmarlo con una amniocentesis en la semana 16 para tomar una decisión. Me sacaron líquido amniótico y lo estudiaron. Los resultados tardaron tres semanas (si se detectase una de las tres trisomías más comunes puedes tener un resultado rápido en 48 horas, pero esto era muy atípico, había que estudiarlo bien). Me hicieron un cariotipo convencional y un array, donde te mide más profundidad cada cromosoma", relató.
"Fueron tres semanas donde hicimos un duelo, donde día a día íbamos perdiendo más las esperanzas porque sabíamos que era totalmente inviable. Había una posibilidad de un mosaicismo (que algunas células tuviesen tres cromosomas y no todas) pero aun así, el pronóstico era malo porque es un cromosoma que contiene mucha información. Y había otra posibilidad que era lo que me mantenía con fuerza, que podía ser que la trisomía la tuviese la placenta y de esa única forma el feto podría ser cromosómicamente normal", aclaró.
Afortunadamente, los nuevos estudios dieron bien: "el bebé estaba bien, el cariotipo era normal. Todo estaba perfecto, la placenta había hecho como una especie de depuración para que el feto estuviese bien y se quedó con ese cromosoma de más".
"El bebé está bien. Es un embarazo que se tiene que controlar más, pero de a poco empezando a disfrutar y a valorar todo porque durante este tiempo lo único que hice fue leer y leer todo de genética y te das cuenta que tener un hijo sano es la bendición más grande que puedes tener porque realmente la genética es un mundo", concluyó.