Para celebrar nuestro día fuimos en busca de esas mujeres que conocemos tanto y con las que nos queremos reencontrar cada temporada para ver qué fue de su vida y cómo hizo para hacerle frente a cada prueba que le tocó atravesar. Esas que nos hacen reír y llorar. A las que les deseamos lo mejor, casi como si fueran amigas. Y que, en ocasiones, nos hacen enojar cuando no nos hacen caso, aunque les digamos qué tienen que hacer del otro lado de la pantalla. De diferentes épocas, edades y eras, te presentamos los personajes de ficción femeninos que más nos inspiran.
Meredith Grey (Grey's Anatomy): pasión por su carrera
Estuvimos con ella en cada etapa: estudiamos, nos recibimos y acompañamos a la cirujana recreada por Ellen Pompeo. Su camino (personal, laboral) no fue nada fácil, ya que cargaba con una historia de vida que fue sanando temporada tras temporada. Encontró un amor que le costó consolidar, fue madre de muchas maneras, amiga y hermana. Tuvo pérdidas muy dolorosas y grandes reconocimientos por su trabajo, ese que hace con una pasión desmesurada y que fue el gran motor que a pesar de toso la mantuvo en eje.
June Osborne (The Handmaid's tale): no hay obstáculos suficientes
SI hay un personaje que experimentó toda clase de sufrimiento, puede que June se lleve el primer puesto: encabeza una ficción que recrea un mundo desolador donde pierden vigencia todas las conquistas logradas por las mujeres en la Historia (y por la Humanidad en general, también). Hasta que el personaje brillantemente encarnado por Elizabeht Moss se decide a ir en contra de todom, hasta poner en jaque ese perverso status quo.
Anne Shirley (Anne with an E): la vida es siempre bella
Una niña huérfana con un enorme corazón y un pasado lleno de tristeza que no le impide ver la vida con los colores más brillantes. Sensible, graciosa, única. Anne Shirley contagia amor y emoción, es uno de esos personajes tan entrañables e inocentes que nos dan ganas de volver a la niñez. Y con esa energía es capaz de cambiarlo todo a su alrededor: desde su familia adoptiva, hasta sus amigos y sus maestros.
Samantha Jones (Sex and the city): las mujeres también queremos placer
Profesional, independiente, sin miedo de mostrarse cómo es y qué le gusta hacer... (o que le hagan). Samantha Jones irrumpió en la ficción como una de las primeras mujeres que disfrutaba del sexo sin compromiso y que lo decía abiertamente, sin importar el "qué dirán". Demostró que ese camino también era viable y que no por eso era menos que un hombre que presentaba ese mismo tipo de conducta.
Violet Crawley (Downton Abbey): abriendo caminos para las que vienen
La genial Maggie Smith encarnó una mujer de la aristocracia británica de pensamiento moderno que fue uno de los personajes más entrañables de la serie. Su mente abierta y dispuesta a escuchar que las cosas también podían hacerse de otra manera y no siempre como era esperable era, sin duda, de avanzada.
Claire Frasier (Outlander): siempre hay tiempo para encontrarnos con nosotras mismas
Otro personaje de época emblemático que nos puso a pensar qué nos pasaría si, con la mentalidad actual, cayéramos en un túnel del tiempo que nos situara 500 años atrás. No solo se adaptó, sino que conoció el amor más fuerte por el que luchó con su mente y su cuerpo, contra todo y contra todos sin jamás perder su esencia. Un viaje en el tiempo en el que ella misma se terminó de descubrir a sí misma. Pura inspiración para entender que siempre se puede volver a empezar.
Daenerys Targaryen (Game of thrones): la vida es evolución constante
Daenerys es el símbolo de la evolución: de ser una joven asustadiza, retraída y sensible que va tomando conciencia de su cargo como Khaleesi de los dothraki y va superando penalidades. se adapta a la vida con los dothraki y su carácter emerge fuerte, seguro y valiente. Se convierte en la heredera de la dinastía Targaryen tras el asesinato de su hermano y planea reclamar ella misma el Trono de Hierro, considerándolo su derecho de nacimiento.
Beth Harmon (Gambito de dama): las profesiones no tienen género
Ella los enfrentó a todos y a todas para hacer lo que le apasionaba. Se metió en lugares donde las mujeres no podía siquiera asomar sus narices, con una seguridad y una convicción sin precedentes de que ella podía y quería ser jugadora de ajedrez. Un personaje magistralmente encarnado por Anya Taylor-Joy que, aún hoy, sigue dando qué hablar.
Rue Bennett (Euphoria): siempre se puede volver a empezar
Zendaya, sumergida en la piel de esta mujer rota, logra mostrarnos la belleza de lo imperfecto. Una joven que siente (y mucho) que genera una gran empatía, aunque que se equivoca una y otra vez. Que se arrepiente una y otra vez de sus errores. Y que trata de buscar revancha en cada ocasión.
Eleven (Stranger Things): ser diferente es ser única
Una pequeña con poderes sobrenaturales que actúa y se siente diferente de los chicos y chicas de su edad. Eleven se convirtió en uno de los personajes de la serie que tiene como una de sus banderas que "diferente" está en las antípodas de ser algo negativo, para volverse algo atractivo, deseable y que todas tienen la capacidad de explorar. Eso que hace a cada una, única.