Silvina Luna era consciente de lo frágil que era su salud y se preparó para lo que iba a venir, para este final. Hace unos días, la periodista Paula Varela contó en "Socios del espectáculo": "Ella en un punto se venía preparando porque sabía que era duro lo que venía. Durante mucho tiempo se preparó con distintas terapias".
Es más, ella escribió un libro ("Simple y conciente") donde contó su periplo para encontrar paz en medio de la incertidumbre que le generaba su estado de salud. En uno de los capítulos de este libro, ella compartió: "Y en ese contexto me di cuenta que no sabía quien era realmente, qué hacía para mi, cómo nutría mi cuerpo, qué había hecho por los demás y después de mucho tiempo me empecé a preguntar cuál era mi vocación, que sentido tenía mi vida y ahí comencé a aceptar todo, creo que nunca había aceptado nada de lo que me había pasado".
También allí reveló que uno de los médicos que la trataba, que evidentemente sabía lo que iba a ocurrir próximamente, le hizo un planteo especial. "El primer médico que me trató me preguntó que era lo que más me gustaba en la vida, le dije el mar y él me dijo andá a disfrutarlo. Durante dos días vi a varios médicos, fui a cirugía pero siempre se mantuvo el pronóstico de que me quedaban pocos meses de vida".
"Creí eso y seguí creyéndolo. Creo que me queda un número x de meses de vida y así vivo. Y aunque suene raro está buenísimo saber que nos vamos a morir, para vivir. Esa es la gran maestría, saber que me iba a morir. Podría decir que ya lo sabía, pero yo no me acordaba", completó.
Silvina siguió la recomendación de su médico y vivió un año y medio en Panamá, donde paró en la casa de Rodrigo Fernandez Prieto, ex marido de Floppy Tesouro. Decidió volver cuando su salud comenzó a deteriorarse aún más. La vida ya no volvió a ser la misma.