La China Suárez quiso hablar poco del escándalo que la tuvo como protagonista y como la tercera en discordia en la relación entre Wanda Nara y Mauro Icardi en la entrevista que le dio a Alejandro Fantino para el especial "En Primera Persona" por Star Plus. Así marcó la diferencia con la rubia que durante la nota con Susana Giménez dio los detalles que pudo sobre el affaire virtual de su marido con la actriz.
Sin embargo, la China prefirió hablar mucho de sí misma en una entrevista que sonó a sincericidio. "Soy muy vergonzosa aunque no parezca, con muchas cosas", fue una de las primeras definiciones sobre sí que arrojó la actriz. Y se justificó: "Me cuesta abrirme tanto. Por eso fue tan raro cuando me entrevistaste vos... Mis amigas de toda la vida, mi familia me decían "era como verte a vos en el living, nunca te vimos tan vos en una nota"... Porque en general me pongo muy nerviosa, porque cuando hablo, la cago generalmente. Tengo que estar midiendo porque soy muy yo".
En otra parte de la entrevista, reconoció: "Yo sí peleo pero no soy de gritar. Soy picantísima. Me pongo mala... Me puedo poner muy mala". Y también admitió ser "un desastre con la plata. "No ahorro. Por suerte, estoy trabajando desde los 10, me fue bien, me pude comprar mi propia casa que se que es un privilegio porque hay gente que por ahí se la pasa trabajando toda su vida y no puede tener una casa propia. Soy demasiado desprendida... A mí la plata me gusta gastarla con mis amigos o con mis hijos. Para mí la plata está para eso. Es como la vida. Pienso que me puedo morir mañana y para qué quiero la plata", expresó.
Además se describió como "muy rara". Dijo: "Tengo épocas en las que estoy más fuerte emocionalmente, o más estable. Tengo épocas como en el último embarazo que todo me afectaba más. Cualquier cosa, por más chiquita que fuera, me provocaba taquicardia, se me iba el mundo... Ahora estoy más grande, sí, sufro".
Habló de la libertad, eso que a ella tanto la define: "Entendí que siempre se va a hablar. Yo ya lo tengo como un poco aceptado. No es el precio de la fama porque siempre odié esa frase. Pero sí el precio de vivir con la libertad que vivo yo desde muy chica. Entiendo que haya gente que le de más miedo el qué dirán. A mí nunca me importó ni en el colegio, ni en el trabajo... Y es lo que te digo tiene que ver con tener los pies sobre la tierra".
"Tengo autocrítica y a la noche pienso qué podría cambiar... O me escucho hablar y digo "sueno muy soberbia". Yo no soy así. Pienso que es un método de defensa. Pero tengo momentos, en algunos lo pienso mejor y en otros, sufro más", destacó.
Se reconoce como una gran amiga: "Soy muy pasional. A mí no me importa nada. A mis amigos los banco donde sea, como sea. A mí me importa más la vida real. La persona que me defraudó no era de mi círculo más íntimo por eso no puedo decir que me haya afectado tanto. Por eso tengo a mis amigos y mis familia".
En cuanto al amor, declaró: "Es raro que diga esto porque siempre estuve de novia: me gusta la soledad. Pero me gusta también estar de novia. Soy enamoradiza. Confío y apuesto".
Admite que hay cosas que le dan culpa: "Me pasaba con ganar plata, me daba vergüenza llamar más la atención. Lo entendí más de grande. Reconozco que me daba culpa poder comprarme mi auto y mi hermano no".
"Soy híper impulsiva. Pido mucho perdón. Y voy creciendo. Uno tiene que ir creciendo y aprendiendo. No soy más la China de los 15 años", reflexionó.
Y cerró con: "Yo soy esto: me tomás o me dejás. Nunca voy a hacer algo para agradar. Obvio que me equivoco y tengo mis errores".