"Recen por mí". Tres palabras que denotan un crudo momento. Ese fue el mensaje que Karina Gao, la reconocida cocinera e influencer, publicó el 5 de febrero antes de ser trasladada a una sala de terapia intensiva del Sanatorio Otamendi en medio de una serie de complicaciones en su cuadro de coronavirus. La panelista de Flor de Equipo, el programa de Florencia Peña en Telefe, estaba cursando el sexto mes de embarazo. La preocupación era aún mayor por este tema. Fueron horas de incertidumbre en donde sus compañeros de programa y todo un país se volcó a una férrea cadena de oración que parece haber dado sus resultados.
Es que, tras treinta largos días de internación, doce de los cuales estuvo entubada y en los que su vida pendió literalmente de un hilo, el 2 de marzo ocurrió el milagro y recibió el alta. La bloguera de 36 años nacida en China estaba acostumbrada a batallar duras guerras: hace seis años superó un embarazo de gemelos en donde las criaturas tuvieron riesgo de vida y en este caso, pasó los últimos meses de gestación con las complicaciones generadas por el COVID-19.
En este contexto, el 22 de abril nació Teo. Pesó 2,800 kilos con un lindo detalle. Sus otros dos hijos nacieron un 29 de abril. Karina es de contextura baja, perdió mucho peso producto de la internación y sus músculos se debilitaron justo en el momento en el que más fuerte necesitaba estar. Pero nada la frenó, encaminándose hacia una próspera recuperación.
Así las cosas, este martes 15 de junio regresó al programa de Telefe. “Los extraño un montón. Estoy súper agradecida a todos porque me llegó el amor”, fueron sus primeras palabras al ingresar al estudio de Martínez. Sobre cómo comenzó la enfermedad, recordó: “Me levanté un día y tenía 38 de fiebre. Me tomé un vasito de vinagre y lo sentía muy poquito. Les escribí a Nancy Pazos y Paulo Kablan porque no sabía si ir a hisoparme o no. Me hisopé enseguida y a los 5 días me internaron”.
De acuerdo a lo que contó, hasta el día anterior a ser intubada ella tenía esperanzas de mejorar. Siempre estuvo positiva. “Pero cuando llegó el día mandé un mensaje y fue una despedida. Ahí si me imaginé lo peor, pensé que me iba a morir”, agregó al hacer referencia al mensaje en el que prácticamente se despedía y que generó un gran impacto en la opinión pública.
“Me cuesta asumir que me pasó a mí. Yo me dormí, fue el trabajo de los médicos y el rezo de la gente lo que me salvó. Mientras estuve en terapia soñaba cosas locas: que me iba a Tailandia de viaje, que me quedaba viuda, ese fue un sueño muy triste. Fue muy loco. Estaba mi marido diciéndome que estaba todo bien, que el bebé estaba perfecto, que lo peor había pasado. Cuando lo vi me alivié porque su muerte había sido un sueño”, confesó.