Gustavo Conti afronta un complicado momento personal a raíz de la enfermedad de su hermano Walter, de 51 años, que fue diagnosticado con leucemia. Por eso, deberá afrontar una serie de tratamientos que servirán de paliativo para aminorar el daño y un trasplante de médula que sería la solución de fondo para que pueda seguir con su vida normal. En diálogo con La Nación el actor relató cómo fue el inicio de la enfermedad, sus estadios, el alta médica que parecía ser el fin del suplicio y la compatibilidad de las células de su cuerpo para poder ayudarlo.
En plena pandemia, Walter sintió algunos síntomas inusuales en su cuerpo y decidió acudir al médico. “Esto comenzó en 2020, cuando comenzó la pandemia. Se sentía cansado y cuando fue al Sanatorio Anchorena le diagnosticaron leucemia. A partir de ahí comenzó con el tratamiento de quimioterapia y salió adelante. Le “resetearon” la médula, por así decirlo, y sacaron todas las células malignas. A partir de ahí, arrancaron los controles cada seis meses pero, al pasar el segundo año, le agarró una recaída en abril”, contó Gustavo.
Como un signo de alerta constante, el cuerpo médico le aconsejó a Conti que se realizara estudios para donante de médula, que sería el tratamiento con más efectividad para este tipo de casos: “En ese ínterin del 2020 me hago estudios de compatibilidad de médula y me sale que tengo un 75%, cuando con un 50% ya es un montón. El tratamiento no es fácil, él ahora está internado, ya le sacaron las células malas, al “resetearle” la zona le dejaron los valores en cero, sin glóbulos blancos, lo que es riesgoso por las bacterias o virus intrahospitalarios que se puede agarrar”.
Ante el riesgo que podría implicar la intervención, el ex Gran Hermano fue consultado por la decisión y la respuesta fue tajante: “Es mi hermano, quiero lo mejor para él y nunca dudé en hacerlo, como lo haría cualquier persona, siempre estuve a disposición. Ahora le toca surfear a él este problema y en estos días esperamos que le den el alta para que después en 20 ó 25 días empiece con el trasplante”.
Por otra parte, Conti resaltó que a su hermano también lo acompañan su mujer y dos hijos “que siempre están presentes ante cualquier complicación que se dé” y destacó su espíritu atlético: “Él es un deportista; cuando recuperó su vida normal jugaba campeonatos de fútbol y solamente, por prevención, se hacía controles médicos. Es un pibe sano que nunca se drogó, no toma alcohol, nunca tuvo una enfermedad ni ninguna complicación preexistente. Tiene un físico privilegiado, parece más de 30 años que de 50″.
“En estos días, cuando tuvo la recaída, fue internado y ahora la está pasando como el ort…, le ingresaron unas bacterias que lo obligaron a estar con oxígeno, pero sin llegar a estar en terapia intensiva. Ahora no está recibiendo visitas, está vulnerable. Esperemos que el cuerpo de él lo acepte como corresponde - el trasplante de médula- y que esto quede como una anécdota”, cerró.