Los invitados al programa de Andy Kusnetzoff de este fin de semana fueron Flavio Mendoza, Flor Vigna, Mateo Sujatovich de Conociendo Rusia, Iliana Calabró y Hernán Drago.
En una de las secciones de Ph, Podemos Hablar, debían pasar al frente aquellos que tuvieran "una herida que llevan a su terapia".
El primero en pasar al frente fue el bailarín y coreógrafo Flavio Mendoza, quien admitió que siempre siente culpa por todo: "Me pasa cuando no me siento querido en mis relaciones de verdad. Soy muy culposo, es algo que no puedo sacar de mi vida". En esa línea, agregó que nunca se sintió amado de verdad.
Acto seguido, Iliana Calabró se sinceró entre lágrimas, sobre el distanciamiento con su hermana Marina: "Yo la amo mucho, profundamente, sé que me ama también, pero necesito más presencia de ella".
"Siento como que está esquiva a nosotros, a la familia, ya desde que mi papá se fue. Estoy feliz por el momento profesional fuerte que está teniendo, pero siento que tiene que tomar conciencia de que hay una familia que la necesita", reveló.
"Más allá de que yo intento poner el cuerpo siempre para hacer un montón de cosas, uno a esta altura de la vida necesita estar acompañada por su par. He hecho un montón de esfuerzo por acercarme a ella y cuesta muchísimo. Ya no sé qué más hacer", develó la actriz.
"Lo hago público porque sé que puede estar viendo el programa. Necesito que se acerque a nosotras, a mi mamá, a toda la familia, que es lo más grande y valioso que tiene. Yo ya no sé de qué manera entrarle, me duele mucho pero queremos que le de más tiempo a esto que es lo que vale de verdad, esta es la vida, lo otro es pasajero", continuó.
En ese momento, Flavio Mendoza le preguntó si creyó en algún momento que su hermana se alejó de ella por el conflicto que había tenido con su marido. A lo que, Iliana le respondió, contundente: "No, no fue eso. Es una cuestión que necesito que se comprometa, también lo llevo a terapia".
Al ser consultada respecto a la comunicación que tienen ambas, la actriz aseguró: "La invito a cenar y pasa una semana hasta que me contesta el mensaje, por ahí ni lo abre. Pero sí ve todos los mensajes que le llegan del trabajo, porque es lo primero que abre".
"Una vez, en pandemia, mi mamá se había caído. Yo le dejé el mensaje, me contestó a los dos días y mi mamá no se enteró. Hay otras prioridades en su vida, es adicta al trabajo", admitió Iliana.
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