Ser madre conlleva ciertos retos que no son siempre fáciles de superar, algo que ha querido recalcar la cantante Pink en su última entrevista para la revista People. Durante la charla, la intérprete de 42 años se ha sincerado sobre su experiencia como madre de dos hijos y ha admitido que se siente “abrumada todo el tiempo”. “Me meto en mi placard a llorar”, ha confesado la madre de Willow, de 10 años, y de Jameson Moon, de 5, hijos que comparte el expiloto de motocross Carey Hart.
“El problema está cuando dejas de tener límites en tu casa. A veces entro a ducharme y me pongo a hablar conmigo misma, pero me doy la vuelta y me encuentro a Willow ahí parada, mirándome todo el tiempo”, ha relatado la artista, cuyo verdadero nombre es Alecia Moore. “Creo que necesitamos tener más candados en casa”, ha bromeado durante la charla, según cuenta el medio. “Trato de explicarles a mis hijos que ir al baño no es una invitación para tener una reunión familiar”, aunque, asegura, de momento ha conseguido escasos resultados.
Pink se ha sincerado también sobre sus sentimientos hacia su hija Willow que, tal y como cuenta, es muy diferente a ella. “Yo soy extrovertida. Siempre digo todo en voz alta, pero mi hija es muy introvertida y no sé lo que está pensando la mitad del tiempo”, ha explicado. “Sé que a veces voy a aprender más sobre mi hija enterándome de con qué otros niños juega, y eso está bien”, ha agregado la también compositora estadounidense, que tuvo a su hija en 2011.
La cantante, que se casó con Hart el 7 de enero de 2006, quiso hablar sobre su vida en matrimonio en 2020 a través de un texto que publicó en su perfil de Instagram donde incluía una imagen de la pareja sonriendo. “El matrimonio es horrible, maravilloso, consuelo y rabia”, escribió entonces, “es aburrido, aterrador y un mordisco total. Es amar a otra criatura falible mientras tratas de amarte a ti mismo”. Expuso así las dos caras de la realidad en la que está inmersa. “La gente se ríe de nosotros porque cuando no estamos peleando, estamos riendo. Ponen los ojos en blanco cuando hablamos de terapia. Pero os diré una cosa: merece la pena”, afirmó, concluyendo su reflexión dando las gracias a su marido.