El diario The Sun habó con el experto en realeza Hugo Vickers sobre los recientes eventos que han sacudido a la Casa Real británica. Señaló que, en los últimos 50 años, la muerte de Lady Di en 1997 representó una de las mayores crisis. Sin embargo, planteó la posibilidad de que la llegada de Meghan Markle y su posterior partida con el príncipe Harry hacia California pueda ser vista a largo plazo como un punto crítico aún mayor.
La salida de Meghan y Harry fue todo un escándalo real
El experto en realeza destacó que, a pesar de la inicial popularidad de los duques de Sussex tras su boda, la tensión en la familia real aumentó notablemente durante los últimos años de la vida de la Reina. La crisis se intensificó con la decisión que tomaron durante una cumbre en Sandringham en enero de 2020, donde la reina Isabel II estableció que los Sussex podrían dejar sus deberes reales pero sin mantener los privilegios asociados. Aunque la Reina expresó su agradecimiento por el trabajo de Meghan, la pareja fue clara en su decisión de no retornar a sus deberes reales un año después, tras una revisión.
El escándalo real que Isabel II no pudo perdonar
Esto resultó en la eliminación de patrocinios y títulos honoríficos para Meghan y Harry, quienes continuaron defendiendo su compromiso con el servicio público, aunque fuera de roles oficiales. La situación culminó con una "entrevista reveladora" de Harry y Meghan con Oprah Winfrey, transmitida poco después de las negociaciones finales con la familia real. Esta entrevista generó una conmoción global y marcó un punto de inflexión significativo en la percepción pública de la familia real británica y sus ex miembros.
Una entrevista que fue una gran sopresa
Sorprendentemente, la Reina no fue informada de lo planeado, ya que, según revelaron fuentes internas de palacio, "como miembros de la Familia Real que no trabajan, no tienen obligación de informar a la Casa Real de tales planes".
La reina Isabel II nunca perdonó la traición
Ante la avalancha de acusaciones, muchas de las cuales resultaron ser falsas, la Reina esperó más de 38 horas para responder públicamente. Ordenó una investigación privada de las acusaciones dirigida por la familia, pero, lo que es más revelador, pronunció estas palabras: "Algunos recuerdos pueden variar”. Sin embargo, esto resultó ser algo imperdonable para la monarca, que culpó por completo a la protagonista de Suits.
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