Florencia Ghio, la abogada que escribe novelas inspirada en casos reales - Revista Para Ti
 

Florencia Ghio, la abogada que escribe novelas inspirada en casos reales

Su última novela, "Aguas Turbias", se basa en el caso de Ana Zerdán y explora la lucha por la justicia fuera del sistema penal.
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"Aguas Turbias" es el nombre de su última novela. Florencia Ghio escribía en la adolescencia, pero su vocación por el Derecho la había obligado a dejar la escritura de lado. Sin embargo, a medida que fue teniendo causas penales como abogada, ella sintió ganas de volver a la literatura inspirándose en casos reales. Tal es así que su último libro está inspirado en el caso de Ana Zebrán, una bioquímica que mataron el 17 de septiembre de 1999 en Cipolletti, Río Negro.

"Aguas turbias", la novela de Florencia Ghio
"Aguas turbias", la novela de Florencia Ghio

El caso quedó impune pero Juan Manuel Aguirre Taboada y su padre Juan Carlos Aguirre (quien murió en mayo de 2017) fueron llevado al tribunal en dos oportunidades.

El 17 de septiembre de 1999, la bioquímica, oriunda de la provincia de Salta, fue hallada asesinada en el baño de su laboratorio: estaba amordazada, tenía los ojos vendados, la cabeza tapada y presentaba golpes en distintas partes del cuerpo.

Ana Zebran, el caso que inspiró a Florencia Ghio a escribir la novela "Aguas turbias"
Ana Zebran, el caso que inspiró a Florencia Ghio a escribir la novela "Aguas turbias"

Aguirre padre, quien estaba en pareja con la víctima, fue quien la encontró la madrugada de ese día ya que, según declaró, le llamó la atención que la mujer no regresara a su casa. Él y su hijo fueron detenidos y liberados tres veces hasta que el 13 de mayo de 2008, el tribunal de juicio los absolvió por falta de pruebas. Sin embargo, el 9 de junio de 2009 el Superior Tribunal rionegrino revocó la decisión y ordenó realizar un nuevo juicio, en octubre. Los volvieron a absolver y el crimen sigue impune.

-¿En qué te inspiraste para escribir Aguas Turbias, es decir el tu novela sobre el crimen de Mariana Galvan?

-Suelo decir que yo no busqué la historia sino que la historia me buscó a mí, porque un día vi por televisión a un chico que había venido desde un pueblo del sur para proclamar su inocencia y la de su padre por altopartantes en los subtes de Buenos Aires, decía que los dos eran los chivos expiatorios del crimen de su madrastra, porque la justicia encubría a los verdaderos culpables y había que acallar a una población que exigía que el caso se esclareciera.

A partir de ahí decidí investigarlo y rescaté de mi anterior novela El Ciudadano a un personaje, la Dra. Aleida San Martin, una abogada idealista pero ahora en crisis con su carrera, e hice que en la ficción ella viajara en uno de esos subtes, escuchara esta súplica y, conforme a su esencia, no quedara indiferente a esa historia y se planteara la forma de ayudarlo. Cambié escenarios, nombres, cree todos personajes e ideé un desenlace y una hipótesis del móvil de crimen.

Florencia Ghio
"Todos mis personajes son ficticios pero, como nos sucede a todos los escritores, algunos tienen parte de uno mismo o de otras personas reales"

-Sos abogada penalista. ¿En qué te sentís identificada con Aleida San Martin?

-Me siento identificada con su vocación por su carrera, el compromiso con su trabajo y con el hecho de haber obtenido todos mis logros con esfuerzo y perseverancia como ella.

-¿Cuál es el caso al que se refería ese joven en los subtes?

-La novela está inspirada en el crimen de la bioquímica Ana Zerdan ocurrido hace alrededor de veinte años en Cipolletti, Río Negro, que hasta el día de hoy continua sin esclarecerse y ése era el caso al que hacía alusión ese chico.

-Vos me comentaste que los temas de tus libros suelen ser casos nunca esclarecidos. Contame, ¿porqué elegiste este en particular?

-Me interpeló la cuestión de que el acusado recurriese a ese mecanismo tan creativo y curioso para ser escuchado y, en definitiva, buscar justicia por fuera del sistema penal frente a pasajeros desconocidos que uno presupone que nada podrían hacer para ayudarlo. Y no era lo único que hacía, también se subía a bicicletas de circo y dada esos mismos discursos en plazas.

Otra cuestión que me atrajo, fue la de que el crimen se cometió en un pueblo donde yo pasé mi adolescencia, me había enterado de que ocurrió pero le había perdido el rastro. Viendo esta noticia supe, no solo que jamás se había esclarecido sino que familiares de la víctima llevaban más de una década siendo juzgados e incluso habían estado presos.


-¿Cuántos libros ya tenés publicados? ¿Cómo arrancaste con el rol de escritora? ¿Cómo compatibilizas este rol con el de abogada?

-Empecé a publicar literatura en 2016, por una necesidad de retomar mi pasión por escribir ficción que tenía en mi infancia y adolescencia y que la vocación por la abogacía me había obligado a dejar de lado y porque las causas penales con los que había tenido contacto comenzaron a inspirarme. Así nació mi novela El ciudadano, un caso sobre un inmigrante peruano, de ese modo compatibilizó mi carrera con la literatura, es un fuente de inspiración y la a vez me valgo de mi experiencia y conocimientos.

Realicé numerosos talleres literarios para perfeccionar mi técnica de escritura y finalmente me decidí a publicarla. En 2017 publiqué mi libro Amor Ciego y otros cuentos, que versa sobre relatos breves de temas y géneros muy variados. Algunos, atravesados también por temas judiciales porque no podían faltar. Y este año publiqué mi novela Aguas Turbias que tenía terminada hace tiempo, de la mano de Emporio Ediciones.

-¿Conocés Colonia Sarmiento, el pueblo donde transcurre la historia?

-Si bien intento vivenciar cada uno de los escenarios en los que acontecen mis obras literarias, esta vez no me resultó posible, primero porque buena parte de la novela la escribí durante la pandemia y después, la vorágine de la vida no me lo permitió. Pero internet es una herramienta fantástica para transportarse y también me entrevisté con algunos pobladores que me contaron sobre cuestiones geográficas, atractivos turísticos y otros detalles que están volcados en la novela.


-La ludopatía es otro mal de la sociedad argentina de nuestros días, ¿por qué elegiste incorporarla en el libro?

-En primer lugar fue un recurso literario; quise que mi protagonista la Dra. San Martin, tuviese complejidades y contradicciones, de lo contrario iba a resultar un personaje épico e inverosímil. Por otro lado, el rumbo que viene tomando la humanidad, cada vez más volcada al consumismo desbocado, al exitismo y a la búsqueda de placer inmediato, hace que proliferen y se multipliquen estas patologías, y me pareció interesante recrear la ludopatía en una novela.

En el caso particular de mi personaje que la padece ella, lejos de ser materialista, lo que le ocurre es que luego de haber superado una historia de violencia familiar, le toca enfrentarse con la institucional, y como abogada se encuentra desilusionada del funcionamiento del sistema judicial, por lo cual, con este vicio intenta evadirse e, inconscientemente, tener un golpe de suerte para cambiar de rumbo, que es otra de las cuestiones por las que mucha gente también apuesta: la falta de oportunidades laborales que a veces la lleva a querer multiplicar su dinero como panes y peces.


-¿Cuál es tu próximo proyecto?

-Estoy trabajando en una novela inspirada también en un caso judicial, la novedad es que versa sobre los llamados delitos de cuello blanco, con un protagonista que es parte de una secta religiosa y se tiene que enfrentar a un divorcio complicado y a la adicción de uno de su hijo adolescente a la cocaína y en esas condiciones debe cargarse al hombro un juicio mediático y que tiene en vilo a todo el país. Un personaje muy rico, capaz de despertar en el lector tanto amor como odio.


-¿Todos tus libros se basan en casos sin esclarecer?

-Hasta ahora, el hilo conductor de mis obras viene siendo la injusticia en diferentes formas. Es decir, diría que tomo casos sin esclarecer o aquellos en los que el sistema penal actuó mal o al revés, por ejemplo, en mi último proyecto, veremos que la justicia libera a un detenido y debe juzgar nada menos a que al propio juez del caso. Es como para rasgarse las vestiduras. Estos casos me han inspirado porque tienen un elemento indispensable para construir una historia ficcional del que carecen aquellas que se resolvieron bien, que son la mayoría, que es el nudo, sin él no hay nada que valga la pena contar, no trascienden precisamente por eso, las buenas noticias no son noticia.


-¿Hay algún personaje de Aguas Turbias que haya sido tomado de la vida real?

-Todos mis personajes son ficticios pero, como nos sucede a todos los escritores, algunos tienen parte de uno mismo o de otras personas reales pero ninguna en su estado puro o en su totalidad, solo se toman algunos rasgos de cada uno y otros se inventan por completo.

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