Tras la muerte del duque de Edimburgo todas las miradas están puestas sobre Harry. Es que desde el día en que falleció el esposo de la reina Isabel II de Inglaterra (el pasado 9 de abril), mucho se viene especulando sobre la participación del segundo hijo del príncipe Carlos y Lady Di, que se retiró de la familia real.
La expectativa sobre lo que haga o deje de hacer el príncipe Harry es máxima ya que será la primera vez que viaje al Reino Unidos tras la polémica entrevista que concedió a Oprah Winfrey -junto a su mujer, Meghan Markle- narrando algunos episodios que generaron cuestionamientos que no fueron tan favorables para los Windsor.
Lo que genera más intriga a la posición que tendrá en el funeral militar de su abuelo, que se llevará a cabo el sábado. Ese día, el príncipe Felipe recibirá sepultura en la capilla de St. George, en el castillo de Windsor.
Dada las medidas sanitarias por el coronavirus, no será una ceremonia multitudinaria, propia de un personaje de su talla, sino que se tratará de un sepelio al que solo acudirán 30 personas (elegidas minuciosamente por la reina). Incluso Boris Johnson, primer ministro británico, ha asegurado que no asistirá para dejar su puesto a alguien de la familia.
Una de las dudas respecto a Harry tiene que ver con el protocolo impuesto sobre la vestimenta propia de un acto como este. La incógnita era si el duque de Sussex llevaría o no uniforme militar después de que en febrero Isabel II decidiera retirarle los honores militares.
De ser así, todavía sería más notable su presencia y la brecha abierta que mantiene con su familia, pues sería el único con traje, mientras que su padre y su hermano llevarían sus respectivos uniformes. Una ley de 1984 confirma que este dilema protocolario solo podría ser resuelto por Isabel II: "No será legal que ninguna persona que no sirva en las Fuerzas Militares lleve el uniforme de ninguna de esas fuerzas sin el permiso de Su Majestad", reza la norma.
Estaría en manos de la reina de Inglaterra, por tanto, conceder el permiso a su nieto de lucir uniforme militar como hizo en su propia boda con Meghan, cuando apareció con el uniforme de los Royal & Blues, un regimiento al que ya no pertenecía. La decisión que ha tomado Isabel II según el 'Daily Mail' es bien distinta: consiste en todo lo contrario.
"Ningún miembro de la realeza usará uniforme militar para presentar un frente de familia unida", es la determinación de última hora para no perjudicar al príncipe Harry y dejar a un lado las posibles rencillas familiares en un día tan triste como es el entierro del que ha sido su marido durante más de 73 años.
Pero esto también beneficiaría a su hijo Andrés, quien abandonó la vida pública y sus obligaciones reales tras el escándalo que lo involucra en la trama de tráfico sexual de menores del financista norteamericano Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell.
Una vez más, la reina demuestra que, pese a que el duque de Edimburgo era su apoyo, ella lo es de toda la familia real británica. Pese a la muerte de su esposo, la soberana es consciente de que la vida sigue y debe cumplir con sus obligaciones personales y oficiales.