Dicen que no fue una decisión fácil para el príncipe William y Kate Middleton, pero los príncipes George y Charlotte estuvieron ahí este lunes, fueron parte de la procesión para despedir a su bisabuela, la reina Isabel II y se transformaron en la imagen más triste y conmovedora de la jornada.
Fue la postal más tierna del último día de los funerales de la Reina: George, de nueve años, y Charlotte, de siete, acompañando en la procesión de despedida de su bisabuela.
A William le costó tomar la decisión de llevar o no a sus hijos a los funerales. Es que él creció con el asedio de las cámaras y no quiere lo mismo para sus hijos. Pero lo cierto es que George es el segundo heredero al trono y por este motivo no podía faltar a la ceremonia. El más pequeño de la familia, el príncipe Louis, se quedó en casa.
Los chicos llegaron a la abadía de Westminster en auto con su mamá y con la reina consorte, Camilla Parker Bowles, y se sumaron en una procesión solemne en el último tramo dentro del Westminster Hall, acompañando a su papá, quien iba caminando.