Hoy con el resultado de los cuartos y semis que nos tocó jugar, te voy a contar mi experiencia en cada partido y la emoción y alegría que compartimos todos los argentinos.
Jugamos el partido de cuartos vs a Países Bajos y ese juego dejó mucha tela para cortar. Es difícil ser objetiva en estos momentos, todos creíamos que el partido estaba cerrado con los goles de Nahuel Molina y el crack de Lio Messi, y sorpresivamente en el minuto 82, Países Bajos aprovechó la altura que tenían a su favor y descuenta, poniendo el marcador 2 a 1; faltando unos minutos para terminar el partido el árbitro español Mateu Lahoz, adicionó esos 10 minutos agónicos, y en los últimos 60 segundos, Wout Weghorst convirtió el segundo gol y nos vamos a tiempo suplementario, es como si hubiese empezado otro partido, Argentina se organizó y en el tiempo de alargue se consolido, pero el gol no llegó. Otra vez sufriendo.
Los penales, esa alegría o tristeza que depende en gran parte de la suerte, y la intuición del arquero. El Dibu, el gran héroe de esta noche. Messi, el capitán que todos queremos en nuestro equipo. Scaloni decide quienes iban a patear y dejó a Lautaro a cargo del último penal. Yo no podía creerlo, como bahiense que soy, sufría por el Toro que no venía con mucha suerte, y ponerle esa presión encima hacia que este más nerviosa (no miro penales), en eso recibí un mensaje de mi hermana, que por cierto es bastante bruja, que decía: "Vamos a Ganar con gol de Lautaro, quédate tranquila. Mamá puso a Brasil y a Países Bajos en el freezer y al parecer dio sus frutos".
Párrafo aparte merece el referí que sacó 17 tarjetas amarillas, cortó una jugada que podía terminar en gol y un sinfín de fallas que hizo que tanto de un lado como el otro hubiera comportamientos que fueron bastante criticados. Y ahí es donde me detengo y pienso, alguien puede ponerle un manto de compasión a esta situación antes de juzgar comportamientos?
Criticamos y pedimos conductas como si los jugadores o los técnicos fueran extraterrestres y no les corriera sangre por las venas. Finalizado ese agónico partido nos quedamos hasta que nos echaron del estadio cantando fuerte hasta quedarnos sin voz, eufóricos, felices e ilusionados. Pasamos a semifinales y nos esperaba Croacia.
Mientras esperábamos el día de la semi, nosotras nos volvimos locas por las entradas porque lo que pasa en Argentina no pasa en otro lugar del mundo, y es un verdadero desastre. La mitad de las personas no tienen entradas y tienen que caer sí o sí en la reventa, que termina siendo un abuso. Gente que no viene y compra hasta 6 entradas por partido para poder hacer una diferencia de dinero, gente que no es discapacitada y compra entradas de discapacitado, dejando así sin lugar al verdadero destinatario de los tickets. Culpa de quién?
La AFA por su parte también hace de las suyas, y a dedo entrega entradas a los barras y ellos las revenden. Un negocio que todos conocen pero que nadie se anima a hacer nada. Y como si fuera para el sexo débil, porque lamentablemente lo seguimos siendo, no existe esa igualdad. ¿Cuál será el requisito para que nosotras también podamos acceder a esas entradas?
Ahora sí, vamos a lo que paso ayer. Llegué a la cancha temprano, como siempre. Me puse en mi lugar de cábala atrás del arco y espere sin voz, alentando con palmas el inicio del partido.
Llegó el penal que convirtió Lio, y obviamente no lo vi pero lo grité cuando empecé a escuchar a todos al unísono GOOOOOOOOOL. Abría el marcador el ídolo de la gente, el encargado de llenar los estadios, el más grande de esta época. Croacia parecía tener más posesión de la pelota, pero este penal los noqueó.
Nos fuimos al entretiempo y cuando volvieron a la cancha primero pudimos ver la jugada maravillosa de Julián para poner el 2 a 0 y a los 69 minutos con un parecido increíble al de la jugada del Diego, Messi con toda la defensa croata captando su atención, con ese mapeo cerebral que hace de la cancha, que tan bien describía Guardiola, logra hacerle un pase mágico a Julián, y la araña aprovechando eso, convierte el tercero y así depositarnos en la final de la Copa del Mundo.
Señoras, señoritas, mujeres y público masculino, solo nos queda un pasito para cumplir este sueño. Y a mí me queda mucho por hacer para conseguir esa entrada tan difícil… Quizás el miércoles que viene pueda contarles como viví esa final dentro de la cancha!
Vamos Argentina!
