"Madre coraje". Así definieron este lunes en “LAM” a Gabriela Arias Uriburu, la mujer que pasó a la historia por haber luchado incansablemente por poder reencontrarse con sus tres hijos después de que su marido, Imad Shaban, se los llevara a Oriente.
“El perdón no me bastó. Tuve que hacer un trabajo espiritual inmenso. Fue de redención. Yo lo perdonaba y enseguida pasaba algo que volvía para atrás todo. Lo quería volver a matar. Por eso tuve que trabajar mucho internamente”, manifestó en diálogo con Ángel de Brito.
“Yo quiero decirles a los padres que están alejados de sus hijos que, si no trabajan eso, el chico se aleja porque tiene a dos hienas en medio del vínculo. Por eso tenía que aparecer en mi naturaleza como mama y que no me vieran montada en el odio. Esa fue una gran maestría”, siguió con el objetivo de trasladar su vivencia al resto de la gente y dejar una enseñanza.
Arias Uriburu manifestó que la clave estuvo en que, a pesar de todo lo que había alrededor, se centró ene se aspecto.
“Otra de las cosas que me salvó fue que no esperé una audiencia de un juez para volver a ver a los chicos. Yo le decía al juez que haga lo que tenga que hacer, pero había tres niños que necesitaban ver a su mamá. Se priorizó la psiquis de los chicos”, reconoció.
Cuando le preguntaron si tiene relación con Shaban, ya que en algunas oportunidades se han mostrado juntos como en la fiesta de egresado de uno de los jóvenes, contestó: “Vamos y venimos. Nunca me pidió perdón”.