En una charla profunda con la sección Protagonistas de Para Ti, donde hizo un recorrido por toda su vida -marcada por la lucha por recuperar a sus hijos- Gabriela Arias Uriburu habló de sus hijos, Karim, Zahira y Sharif, hoy adultos de 30, 28 y 26 años respectivamente.
La mujer que luchó por recuperarlos durante 25 años después que su padre se los llevara por la fuerza a vivir a Jordania, afirma que ellos hoy se han convertido en adultos de bien, que profesan la religión musulmana y que han elegido la tierra de su padre para vivir. "Karim, Zahira y Sharif tienen una mixtura de sangre que va a traer algo nuevo a esa cultura donde están viviendo, donde eligieron vivir. Entonces también me abro a esa elección que ellos hacen por más difícil que sea para mi, porque yo hubiese querido que eligieran América Latina", dijo.
Y este año fue particularmente importante para esta mujer argentina de 57 años ya que dos de sus hijos se casaron. "Sí, en un mes y medio se casaron Karim y Zahira. Fue post pandemia, cuando se agilizaron un montón de cosas, y mis dos hijos mayores decidieron casarse. Nunca imaginé que iban a ser así tan seguidas las dos bodas. Los dos se comprometieron casi como en simultáneo, las bodas fueron casi simultáneas, así que bueno, para mí fue fuerte y también lo fue entrar a la cultura de otra manera, porque se casaron bajo la religión musulmana, así que aprendí mucho más sobre la cultura", reveló Arias Uriburu.
"Si tengo que definir con una frase fuerte toda esta historia que ha sucedido y todo el trabajo que realicé desde mi corazón para mis hijos desde Occidente, es que logré entrar al mundo oriental. A Jordania no le quedó otra que tomarme. Yo te lo digo y es muy fuerte, porque tenemos un tema no resuelto de las razas a nivel mundial, a pesar de que si nos hacemos un estudio de ADN, todos tenemos una mixtura de razas tremenda", agregó.
La activista por los derechos humanos y escritora, también habló acerca de la "mixtura" de razas que convive en sus tres hijos. "Mis hijos son profesionales, están trabajando, se casaron dos y Sharif va hacia eso porque es su plan de vida, eso ya te habla de una sanidad mental y emocional, a pesar de que tienen muchísimas cosas por resolver y que tienen este tesoro que es su mixtura de Oriente y Occidente", explicó.
"Ellos aún tienen que encontrar un equilibrio ahí. Tienen una madre diferente. Y este es uno de los rescates más grandes de mi persona: no convertirme en algo que no soy, sino que se me respetara por lo que soy. Y esto para mí es como haber ganado un territorio", agregó.
La mujer también contó que en sus visitas, cuando sus hijos eran pequeños, no perdía tiempo explicando nada. "Simplemente era abrazarnos, cocinar con ellos. Siempre digo que Dios me permitía entrar al cielo por un rato y después había que despedirme y en la próxima visita volver a entrar al cielo. Mi gran Harvard fue instalar el vínculo de la cotidianeidad en ellos", cerró.