La final de Gran Hermano estuvo cargada de muchas emociones encontradas, en la recta final del reality de Telefé. Finalmente, Julieta Poggio fue quien obtuvo el tercer puesto, con un 19,66 % de los votos positivos. Tras conocer el resultado, la modelo y bailarina abrazó a los hermanitos y dejó la casa con una sonrisa.
"No puedo creer que abandoné la casa, estoy muy feliz. Estoy contenta. Gracias", expresó Poggio, que fue recibida en el piso por sus familiares, quienes la esperaban con los brazos abiertos. Además, se dio uno de los momentos más esperados de la noche: el beso entre Poggio y Luca Bardelli, su novio.
Horas antes, la pareja de la participante le había dedicado unas románticas palabras en sus redes sociales. "Hoy se termina una etapa hermosa, me emociona lo lejos que llegaste. Te mereces esto y mucho más por lo hermosa persona que sos. Sos agradecida con la vida y no hay envidia ni negatividad en vos", había escrito, en la red social Instagram.
Durante su paso por la casa, Poggio popularizó la frase "Fuera malas vibras", durante su pelea con su compañera Constanza Romero (Coty) y se convirtió en la hermanita favorita de la casa. Con su energía, sus bailes y su simpatía, poco a poco, Julieta se ganó el cariño de todos, siendo una de las jugadoras más fuertes.
A lo largo del programa, la profesora de danza había logrado superar 6 placas de nominaciones: dos de ellas, muy difíciles. Mientras en una tuvo que enfrentarse cara a cara con Daniela Celis, su amiga, en otra tuvo que disputarse contra Ariel Ansaldo.
En su ingreso a la casa, Poggio se había definido como una chica con mucho énfasis en su imagen, a la que le gustaba siempre estar maquillada y bien vestida. "No me gusta cocinar, lavar los platos, así que se ocupe otro. Siempre digo la verdad así que se la banquen", había expresado, en su primera presentación.