Los océanos juegan un papel clave en la vida del planeta y sumarse a proteger el Mar Argentino de la depredación pesquera y petrolera son dos de las claves de la campaña que Greenpeace que empezó a mediados de marzo. La organización viene trabajando desde entonces con voluntarios que van rotando a bordo del rompehielos Arctic Sunrise desde Ushuaia a Buenos Aires con el objetivo de documentar, investigar, denunciar y enfrentar cuerpo a cuerpo a estas amenazas.
El viaje tiene prevista una duración de treinta días y está comenzando este martes su etapa final entre Mar del Plata, punto en el que se sumó un equipo de Para Ti para retratar el minuto a minuto de esta experiencia, y el puerto porteño. A lo largo de esta travesía, los científicos del Artic Sunrise han descubierto más de 400 buques pesqueros que saquean el mar, pudieron documental el cañón Almirante Brown y se toparon con un “barco freezer” que ayuda a que los buques optimicen drásticamente su depredación.
Entre la lucha y la nueva documentación obtenida, el Arctic Sunrise hará su arribo triunfal a Buenos Aires: el sábado y domingo abrirá sus puertas en Cecilia Grierson 400 para que todos lo puedan visitarlo entre las 10 y las 18 para conocer sus instalaciones. Habrá una visita guiada por la cubierta, actividades para los más pequeños de la familia, experiencia 3D, patio de comidas y a las 19:30 se presentarán una serie de shows en vivo.
El barco fue construído en 1975, su nombre original era Oso Polar y antes de estar en la mano de Greenpeace era un pesquero de focas. La organización había realizado una acción en su contra en la Antártida y lo compraron en 1995 usando una compañía fantasma a la que denominaron Artic Sunrise Ventures ltd. Se trata de una de las embarcaciones más activas de este grupo que tiene presencia en todo el planeta, después de su paso en 2009 por las aguas argentinas, este 2022 regresó.
Los hitos del Arctic Sunrice en el mar
1996: En junio se comenzó a trabajar con la nave en una campaña para evitar que Shell hundiera la plataforma petrolera Brent Spar en aguas del Mar del Norte. A fines de ese mismo año el barco fue preparado para navegar por los hielos antárticos.
1997: El Arctic Sunrise fue el primer buque en circunnavegar la isla James Ross en la Antártida. Un puente de hielo de 200 metros de espesor lo impedía pero cuando colapsó, el barco pudo rodear la isla. De esta forma se pudo documentar uno de los signos del cambio climático que afectan a la región.
1998: La embarcación llegó a la Argentina para ¨ponerle nombre a la contaminación¨. Recorrió el río Paraná, la cuenca Matanza-Riachuelo y el Mar Argentino, frente a la ciudad de Bahía Blanca, y denunció a las compañías que volcaban sus tóxicos directamente en el agua.
2000: Greenpeace inició una gira contra los tóxicos industriales a bordo del Arctic Sunrise. La primera parada se realizó en la ciudad portuaria de Valparaíso, Chile. En noviembre del mismo año el barco regresó a Buenos Aires y navegó por el Riachuelo, uno de los ríos más contaminados del mundo.
2004: El Arctic Sunrise recorrió la costa de la Patagonia argentina para promover la energía eólica. Además, participó de una protesta contra la central atómica Atucha I.
2006: La tripulación a bordo del Arctic Sunrise se opuso a embarcaciones japonesas que intentaban cazar ballenas en el océano Antártico. El buque ballenero Nisshin Maru chocó nuestra nave cuando se interponía entre los arponeros y los animales. Durante el mismo año el Arctic Sunrise se sumó a las protestas en contra de la instalación de papeleras (de las empresas Botnia y Ence) sobre el río Uruguay, en las inmediaciones de la localidad uruguaya de Fray Bentos.
2009: Recorrió las aguas de Groenlandia y del Ártico para documentar los efectos del cambio climático en la zona. Además, la embarcación volvió a Buenos Aires en el marco de la campaña para sanear el Riachuelo.
2010: A fines de año realizamos una expedición de tres meses en el Golfo de México para investigar el impacto del derrame de petróleo causado por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, propiedad de la empresa British Petroleum.
2013: En septiembre, un grupo de 28 activistas (entre ellos los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi) y dos reporteros gráficos independientes participaron en una acción en el Arctic Sunrise. Su fin era impedir que la plataforma petrolera de la empresa estatal rusa Gazprom desarrollara la primera perforación de petróleo del mundo en el mar del Ártico. Efectivos rusos capturaron la embarcación y las 30 personas involucradas en la protesta pacífica fueron detenidas. Después de dos meses en prisión se les otorgó la excarcelación bajo fianza y a fin de año recibieron la amnistía por parte de las autoridades de Rusia. Finalmente, todos pudieron regresar a sus hogares. Sin embargo, el Arctic Sunrise estuvo retenido en el país hasta junio de 2014.
2014: En noviembre el Arctic Sunrise fue parte de una acción contra un proyecto de explotación de petróleo de la multinacional Repsol en la región de las Islas Canarias. Cuando los activistas de Greenpeace se aproximaron a bordo de gomones al buque de perforación petrolera Rowan Renaissance, fueron interceptados violentamente por la Armada Española que custodiaba la nave. El rompehielos estuvo retenido allí durante ocho días.
2019: En abril iniciamos un recorrido de casi un año desde el Ártico a la Antártida a bordo del Arctic Sunrise y de nuestro barco Esperanza. Así buscamos exponer las amenazas que enfrentan los océanos y pedir por un tratado global que proteja las aguas internacionales.