Los tapabocas y los test de antígenos han tenido un papel esencial para combatir los estragos de la pandemia, pero también se han convertido en un gran problema para el medio ambiente. Es precisamente la necesidad de reducir este impacto lo que ha motivado a numerosos creativos a buscar el modo de darles una salida a estos objetos. Este es el caso de Carolina García, una joven malagueña de 21 años que ha pasado de reutilizar los test de antígenos para hacerse unos aros, con un diseño exclusivo inspirado en Katy Perry.
Haciéndose eco de la movida, la cantante publicó en sus redes la imagen de los aros: "No sabía qué ponerme para fin de año y decidí darles una segunda vida a los test de antígenos. Los decoré con cosas que tenía por casa y me hice unos aros" y su publicación se hizo viral. Uno de los hijos de Roberto Cavalli, Robin, publicó también la foto en su cuenta de Instagram con el mensaje "La semana de la moda ha empezado". A partir de ahí, fue un boom. Numerosos rostros conocidos, como Camila Cabello o la actriz Debby Ryan, empezaron a compartir el diseño en las redes sociales. "Nunca imaginé que podrían tener tanta repercusión", cuenta García.
Tal fue el alcance de este particular diseño que llegó a los oídos, de manera literal, de la mismísima Katy Perry. "Recibí un mensaje de su estilista, Johnny Wujek, diciéndome que habían visto mis pendientes y que querían que le diseñara unos para un show que tenía en Las Vegas", explica la diseñadora, que reconoce que tuvo que leer el mensaje varias veces porque "no daba crédito". Tras varios bocetos, dio con el diseño final: dos test de antígenos decorados con brillantes plateados, aros y corazones, convertidos en pendientes, que le envió dentro de una caja creada a partir del propio envase del test de antígenos. Aunque, finalmente, Perry no subió los pendientes al escenario, la cantante compartió una historia en su perfil de Instagram mostrando este llamativo accesorio mientras se preparaba para su actuación en el programa Saturday Night Live.
La malagueña ha recolectado numerosos test de antígenos de familiares y amigos para darles una segunda vida en forma de pendientes, aunque no descarta crear otro tipo de complementos. "Me escribe gente por Instagram pidiéndome collares o pinzas para el pelo", cuenta. Actualmente, está trabajando en una página web para poner a la venta sus diseños y atender la gran demanda que están teniendo en las redes sociales.