Aunque el Sol entra en Capricornio el 21 de diciembre, venimos de una necesaria y bastante iluminada temporada en Sagitario.
En nuestro cielo, con los movimientos astrales se van formando figuras geométricas que marcan un mayor énfasis en alguna función o planeta. Desde hace varios días vengo mirando a Júpiter.
Júpiter, conocido como planeta benéfico, regente de Sagitario. Desde hace más de una semana está siendo el planeta focal de una T cuadrada. En castellano, es el planeta más importante entre los nodos, armando esta configuración. Tengamos en cuenta que para nuestro Lenguaje los nodos lunares están relacionados con el propósito del alma.
En esta Navidad, caminando por el último grado de Acuario, después de una linda temporada en este signo, el 29 es el grado misterioso en Astrología en el cual se encuentra, siento que Júpiter viene a darnos alas en este renacer.
Viene a decirnos confíen en sus semejantes. Viene a hacer una síntesis de lo vivido los últimos dos años. Aprendan de una vez por todas que de todos los pesares salimos cómo comunidad (Acuario) y no de forma individual. Viene a mostrarnos el sentido de lo vivido, sufrido, padecido hasta aquí.
Pero también viene a decirnos que no lo hagamos a tontas y a locas. Que pongamos conciencia sobre los pasos a dar.
Para ello ayuda Mercurio, (regente de Géminis y Virgo), ya bien instalado en su tránsito por Capricornio. Él nos dará la palabra precisa y la capacidad de negociar con conciencia todo el entusiasmo que trae Júpiter. No olvidemos que esta relación entre Júpiter y los nodos (Acuario, Géminis y Sagitario), todos ellos culminando sus tránsitos actuales, son el preludio de lo que auguramos astrológicamente para el próximo año, donde la luz de Júpiter se desplegará por Piscis y Aries.
Si bien es cierto que el 24/12 se perfecciona por tercera y última vez la cuadratura (tensión) entre Urano en Tauro y Saturno en Acuario, no es menos cierto que el próximo año comenzará a ceder.
¡Qué añito para Tauro y Acuario, lleno de tensiones!... Pero algo habrá iluminado este Júpiter del que vine a hablarles hoy en su tránsito por el signo del cántaro que se derrama para los demás.
No perdamos de vista que este día de Nochebuena, también vuelven a hacer conjunción partil (en el mismo grado) Venus y Plutón. Venus en esta ocasión, retrógrada. Esto impactará directamente en los signos cardinales o signos de inicios. Este movimiento de pura intensidad que se produce por el signo de Capricornio, impacta en su complementario Cáncer y hace tensión en Aries y Libra.
Por suerte, venimos de vivenciar la Luna Llena en Géminis, que también nos permitió respirar, juntarnos, charlar, reír, vincularnos. Quizá en muchos casos hasta volver a estrecharnos en un abrazo. Para muchos de felicidad, para algunos de consuelo, pero volver al contacto aunque sea por un ratito.
Es verdad que Capricornio se ocupará de pedirnos que nos pongamos serios, que seamos responsables, que sostengamos lo obtenido con tanto esfuerzo. Y tendrá razón, ciertamente. Pero ustedes saben que la Astrología es evolutiva, así que aunque el Sol haya dado sus primeros pasos por el signo de la cabra, no olvidemos que estamos en Navidad, y que vale la alegría seguir de fiesta un ratito más, con esta energía Jupiteriana rigiendo en nuestro cielo, los anhelos de tantas almas.
A los signos que no nombré, les recuerdo mirar en sus Cartas Natales en que casa hacen cúspide las energías mencionadas. Porque, mis queridos seguidores del zodiaco, todos, en algún área de nuestras vidas tenemos todos los signos, todos los planetas, las luminarias y los nodos lunares. Solo hay que acostumbrarse a bucear en la Carta individual para encontrarlo.
Que la conciencia de que hay un cielo cuyas energías se replican en nuestra Tierra se abra camino para ayudarnos a vivir con más armonía y ciertamente responsabilidad individual. Feliz Navidad.
Fuente: Analía Morana, astróloga (@izar.astro).
